El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha ofrecido al president de la Generalitat, Carles Puigdemont, “abrir una etapa de deshielo” en las relaciones políticas entre Catalunya y España. Esta ha sido la principal conclusión de una reunión de poco más de una hora que los dos políticos han mantenido en el palau de la Generalitat a iniciativa de Sánchez y donde, esencialmente, han constatado las diferencias que los separan.

“Cuando se abre una etapa de deshielo es cuando surgen las soluciones”, ha pronosticado el líder del PSOE que no ha escondido las críticas a los últimos cuatro años de legislatura de Mariano Rajoy, que ha caracterizado como de “ausencia de diálogo y bloqueo institucional, cuando no de enfrentamiento”.

El Govern ha acogido con satisfacción el ofrecimiento explícito de diálogo. “Una primera diferencia, la voluntad de hablar y establecer sinergias positivas,” ha destacado la consellera de la Presidència, Neus Munté, al acabar la reunión.

A partir de aquí, sin embargo, empiezan las discrepancias entre el uno y el otro.

Sánchez, que al acabar la reunión ha confesado que ha encontrar al president mucho más cordial de lo que se esperaba, ha admitido que la solución para el pulso político planteado en Catalunya “no es fácil”.

Doble votación

“No compartamos la hoja de ruta independentista. Por ilegal”, ha asegurado. No obstante, ha insistido en la propuesta de una doble votación, primero la de una nueva Constitución y después la de un nuevo Estatuto. “Queremos que la sociedad catalana vote, pero que vote un nuevo marco de convivencia primero y después la relación de Cataluña con el conjunto del Estado español”, ha puntualizado.

En este sentido, ha recordado la voluntad de poner en marcha una comisión en el Congreso para abordar una reforma constitucional que intente superar los problemas de autogobierno.

Reproche de Puigdemont

Dentro del despacho, Puigdemont ha reprochado a Sánchez sus declaraciones sobre supuestos problemas de convivencia en Cataluña.

Asimismo, el president ha abordado la reunión con encuestas, incluidas las del CEO, que demostrarían la voluntad de los catalanes de ser consultados en un referéndum sobre el futuro de Cataluña.

Todo, con una indisimulada voluntad de mostrar gestos. Si Sánchez ha tenido el gesto de venir a Barcelona para encontrarse con Puigdemont, el presidente ha querido ofrecerle un recibimiento especial y lo ha ido a buscar hasta la escala noble a las puertas del saló Sant Jordi.

Líneas rojas

Pero el resultado no ha pasado de aquí. El secretario general del PSOE ha llegado con un guion muy bien pautado del cual no ha salido. Tampoco se lo podía permitir dado que Ciutadans ya le había marcado las líneas rojas de la conversación.

No obstante, Sánchez, que ha asegurado que en el encuentro no se ha hablado del voto de DiL en la investidura en el Congreso, ha recordado que también Albert Rivera ha criticado repetidamente la incapacidad de Rajoy para dialogar. Por esta razón, ha querido subrayar que su propuesta contempla unas nuevas relaciones entre el gobierno español y el de la Generalitat “basado en el diálogo y la convivencia”.

Está en este punto donde Sánchez ha señalado la necesidad de activar la comisión bilateral entre los dos ejecutivos y ha puesto encima de la mesa el documento de 23 puntos que en su día Artur Mas llevó a Mariano Rajoy a la Moncloa con las reivindicaciones del Gobierno. El líder socialista ha hablado de financiación, de competencias que contempla de Estatut, del reparto equitativo del déficit público, de activar el corredor mediterráneo o de la agenda social.

Por su parte, el Govern ha marcado a Sánchez, como línea roja, el blindaje del modelo de inmersión lingüística. "Es una cuestión central para el Govern, el Parlamento y la sociedad. Tiene que quedar blindado y no aceptaremos ningún matiz", ha asegurado Munté, que ha añadido que Sánchez ha asegurado que el acuerdo con Rivera no pone en peligro al modelo de inmersión.

Asimismo, el president ha pedido al PSOE que haga un gesto y se posicione claramente en relación al juicio del 9N, y ha expresado el descontento de su ejecutivo por la situación "demasiado a menudo humillante" que vive la Generalitat por la forma como se gestiona el FLA, los retrasos en infraestructuras y la invasión de competencias del Estado español.

Tan pronto como ha acabado la reunión y después de una breve comparecencia ante la prensa, Sánchez ha salido hacia Madrid donde esta noche tiene que participar en la votación en el Congreso de diferentes iniciativas de Ciutadans y PP a favor de la unidad de España.

 

Fotos: Sergi Alcàzar