El presidente español, Pedro Sánchez, se ha presentado hoy en un acto de partido en el País Vasco sin ni avisar al gobierno vasco, y eso ha molestado al lehendakari Iñigo Urkullu. El lehendakari ha reprochado a Sánchez su actitud, y ha señalado que si se hubiera puesto en contacto con ellos para "comunicar y advertir de su presencia" le habría acompañado a una visita a Gernika, la localidad destruida en un bombardeo en 1937, en un momento en que "se está hablando de la Ley de Memoria Histórica".

Urkullu ha hecho el reproche durante la participación en un foro sobre desarrollo sostenible a la Universidad de Deusto de Bilbao, la misma ciudad donde se encontraba el presidente español y secretario general del PSOE con motivo del noveno congreso de los socialistas vascos.

Carta no contestada

Según un comunicado enviado a los medios por la Presidencia vasca, Urkullu se ha referido también a una carta que envió a Sánchez el 27 de abril pasado, un día después de la celebración del 84.º aniversario del bombardeo de Gernika. En esta misiva, que no fue contestada por el presidente español, según recuerda el Gobierno Vasco, el lehendakari invitaba a Sánchez a conocer Gernika para que un representante del Gobierno español presentara sus respetos a los habitantes de este municipio bombardeado.

Urkullu ha indicado que si Sánchez se hubiera puesto en contacto "para comunicar y advertir de su presencia no sólo como secretario general del PSOE hoy en Euskadi, así como de su visita a una empresa", le habría recordado esta carta que no ha obtenido respuesta.

Sobre todo, ha continuado, en este momento, "en el contexto de una fecha tan señalada como ayer, el 20 de noviembre, cuando se está hablando de la Ley de Memoria Histórica", habría invitado y acompañado gustosamente" a Sánchez a una visita a Gernika "tal como le proponía en la carta mencionada y con el objetivo en ella señalado".

El lehendakari ha retirado ahora a Sánchez su invitación, con la esperanza de que la visita a Gernika se pueda celebrar el 26 de abril próximo o el 31 de marzo en Durango, localidad que también fue bombardeada aquel día hace 84 años.