El president, Carles Puigdemont, ha insistido esta tarde en exigir la dimisión de la delegada del Gobierno español en Madrid, Concepción Dancausa. “En un país normal la cesarían, si no presenta la dimisión”, ha añadido. Asimismo, ha pedido una rectificación de la vicepresidenta del Gobierno español en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, y de aquellos ministros que le habían advertido de que sería prisionero de sus palabras. ¿“De qué palabras tengo que ser prisionero? ¿De la palabra democracia, libertad de expresión, respeto a los ciudadanos?”, se ha preguntado.
Puigdemont ha salido esta tarde a valorar la resolución del juez que tumba la prohibición de llevar banderas estelades a la final de la Copa del Rey que se celebrará el domingo en el Vicente Calderón y a reiterar que, finalmente, asistirá al partido. El president ha dejado claro que la decisión previa de no asistir si se vetaban las estelades fue institucional y no política, dado que con su presencia no se podía hacer “cómplice” de una prohibición de la cual estaba “absolutamente en contra”.
“Cuando un poder público intenta impedir un derecho democrático básico como es la libertad de expresión, eso en un país normal exige responsabilidad. De entrada, una dimisión. Y si, no un cese”, ha advertido en referencia a la delegada del Gobierno español en Madrid.
Respecto a las intervenciones de diferentes ministros y de la vicepresidenta del Gobierno en funciones “en actitud desafiante”, ha alertado de que tienen “un problema muy serio si creen que palabras como democracia pueden aprisionar a alguien”. “Eso sí requiere una aclaración urgente”, ha subrayado.
“De haber actuado con juicio y respeto, todo eso no habría hecho falta. Nos podíamos haber ahorrado una demostración pública y con resonancia internacional de cuál es el concepto que tienen del ejercicio de la democracia”, ha advertido.
Puigdemont ha atribuido la rectificación que ha impuesto el juez a “la indignación colectiva” que ha provocado la prohibición de Dancausa. En este sentido, ha destacado que ha habido personas que discrepan de lo que representa la bandera estelada pero se ha sentido ofendidas por esta prohibición, igual como también ha señalado “silencios” de “gente bastante indolente ante lo que es un ataque claro al meollo de la sociedad democrática”.