La firma del nuevo acuerdo de unidad entre PSOE y PSC, que laminará la soberanía del partido catalán, ha llegado como agua de mayo a las filas de los segundos, tras el declive electoral que ha sufrido en los últimos años. Miquel Iceta presenta con las cesiones del escrito una voluntad encubierta de agarrarse a la cuerda del PSOE, ahora que la hoja de ruta por el referéndum avanza a toda máquina. De forma velada, reconoce que su 'tercera vía' en el proceso soberanista hace aguas y necesita que el PSOE aporte soluciones en Catalunya que le fortalezcan la credibilidad.

"El PSC no ha perdido soberanía, ha ganado peso político", es el argumento esgrimido por el primer secretario después de la reunión con el presidente de la gestora, Javier Fernández, este martes, donde se ha firmado el protocolo actualizado de relación. Iceta asume que las medidas limitantes, como que el PSOE tenga la última palabra en la investidura española, o que decida sobre asuntos constitucionales, son cesiones que su formación "necesita, y el PSOE generoso, ofrece". "Yo quiero más PSOE en Catalunya y más PSC en España", ha zanjado más tarde.

La idea es fortalecerse en el 39º congreso de Ferraz, a través de propuestas que sirvan para que la marca PSOE haga remontar a sus hermanos. "Tenemos que trabajar muy duro de cara al próximo proceso congresual para sacar adelante a Catalunya y España, porque catalanes y españoles así lo necesitan" ha asegurado con la vista puesta en la máxima reunión de la organización, que también tendrá que ratificar al nuevo secretario general, después del proceso de primarias en mayo,

La cuestión es que Iceta ve más ganancias que pérdidas en el resultado de la entente. "Ni acatar, ni marcar, ni subordinar. Nos comprometemos a compartir más, no es tutela, es acompañamiento" ha explicado sobre los términos utilizados por los medios de comunicación. A su parecer, el acuerdo busca readaptarse a una situación diferente a la de 1978. "Seguimos exactamente igual, pero mejor. Los momentos felices del pasado, casi 40 años después no eran suficientes, merecía cambiar", ha expuesto. Sí hay de fondo un aceptar que la autonomía queda suplida por más federalismo. ¿"Es que a alguien le sorprende que las cuestiones constitucionales sean decididas por el PSOE?" ha increpado a los periodistas.

Los "disensos", como los ha llamado el presidente de la gestora, también encontrarán para el PSOE un cauce en el nuevo texto. Hacía referencia al 'no' en la investidura de Mariano Rajoy por parte del PSC, motivo que propició la crisis, pero no el riesgo de ruptura, según Iceta. Este se ha mostrado convencido del sentido de su voto y se ha justificado en la crisis en Ferraz. "Estoy arrepentido de no haber encontrado una solución acordada a este problema. Mi único consuelo es que el PSOE se encontraba en una situación muy difícil. Nadie imaginó que nos encontraríamos en esta" ha afirmado.

Con una "celebración" para el primer secretario, y un "éxito" para el de la gestora, la simetría visual imperaba en la composición de la escena en Ferraz para sellar los meses de discordia entre el PSOE y el PSC. Era la alegoría en aquello que Fernández cree una relación más "clarificada, fortalecida" y ya no asimétrica, como denunció al inicio de la revisión del pacto. En el lado izquierdo estaban los tres miembros del equipo negociador de los socialistas catalanes, Meritxell Batet, Antonio Balmón y Salvador Illa. A la derecha, los de los españoles, Elena Valenciano, Paco Fuentes y Mario Jiménez.