Mañana jueves expira el plazo para poder ejercer el voto por correo para las elecciones generales españolas del domingo. Esta es la vía que tiene que seguir cualquier preso, sea preventivo o condenado. El trámite es largo y enrevesado y lo gestiona el centro penitenciario. Se inicia el mismo día de la convocatoria electoral, en este caso, el cinco de marzo, con la solicitud del voto. Así lo hicieron hace días Jordi Sànchez, Oriol Junqueras, Jordi Cuixart, Joaquim Forn, Jordi Turull, Josep Rull y Raül Romeva, desde Soto del Real, y Carme Forcadell y Dolors Bassa desde de Alcalà Meco. Ellos todavía no han recibido la documentación para poder enviar el voto. Ellas pudieron votar el lunes.

Según indican a ElNacional.cat fuentes próximas a los presos, desde el centro penitenciario les aseguran que pueden estar tranquilos, que acabarán votando, pero ellos no lo están nada, al contrario. Trasladan su desazón porque en pocas horas se les acaba el tiempo. Tanto miércoles como jueves estarán en el Tribunal Supremo todo el día. Como muy tarde mañana jueves tienen que haber puesto la papeleta dentro del sobre y este sobre hay que enviarlo a Correos antes de que cierren. Por eso, desde su entorno advierten que si no lo gestionan esta noche cuando vuelvan del juicio, ven muy difícil llegar a tiempo antes de que se agote el plazo, porque de madrugada volverán a ser trasladados hacia el tribunal.

Las mujeres no han tenido estos problemas, las papeletas les llegaron hace un par de días y tanto Forcadell como Bassa han podido ejercer su derecho a voto. En las elecciones del 21 de diciembre, las del Parlament de Catalunya, el trámite pudo hacerse con normalidad en todos los casos.

¿Qué pasa con el voto de los exiliados?

Para poder votar desde fuera de España es necesario estar inscrito en el registro de españoles en el extranjero y presentarse en persona en la embajada española. Los líderes independentistas residentes en Europa son conscientes del riesgo que supondría poner un pie en la embajada y por eso tendrán que renunciar a su derecho.

Ahora bien, según explican a este diario, como ya pasó el 21-D, varios ciudadanos catalanes se les han ofrecido para votar por ellos. En el caso de Puigdemont, la misma chica de 18 años que le cedió su voto al Parlament, le ha vuelto a contactar para repetir de cara a esta nueva cita con las urnas.