Los tradicionales mensajes institucionales de Fin de Año de los presidentes autonómicos, algunos del PSOE incluidos, han puesto el foco en Catalunya y los pactos para la investidura de Pedro Sánchez, que depende de ERC. Y no ha sido precisamente para celebrar el eventual acuerdo, sino todo lo contrario.

Dos barones socialistas, Javier Lambán, presidente de Aragón -en la imagen-, y Emiliano García-Page, de Castilla-la Mancha, han advertido a Pedro Sánchez, sin citarlo explícitamente, contra las posibles cesiones a los nacionalistas y/o independentistas.

Lambán ha señalado que Aragón "no generará ninguna tensión territorial, "pero tampoco admitiremos que para apaciguar las que puedan generar otras regiones, se les otorgue privilegios o tratos de favor".

Y García-Page ha dicho: "A quien no quiere la igualdad, de hecho le es igual. Le da igual la unidad de un pueblo, de una ciudad o de una sociedad en su conjunto. Porque va a la suya. Pero ahora no es momento de ir a la suya, es el momento de ir a la de todo el mundo".

Desde el PP, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, se ha mostrado duro con los presos políticos y exiliados independentistas catalanes: "Mientras tanto, se priman acuerdos con fuerzas y líderes huidos y condenados que tienen el propósito confesado y ratificado de socavar la España de las Autonomías, para fragmentarla mediante procesos de ruptura".

Algo más conciliador se ha mostrado el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, también del PSOE: "La concordia permite el progreso de los pueblos, la discordia sólo permite el retroceso. Apostamos por el diálogo, la unidad, coser y construir puentes ", dijo.

También el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que accedió al cargo gracias a un pacto tripartito con Cs y Vox, ha expresado su "preocupación", "como andaluz y como español", por que "el futuro gobierno de España otorgue privilegios a unos territorios por encima de otros, y que haya desigualdad entre comunidades y entre españoles".