La oficialidad del catalán en la UE, que hace meses parecía una posibilidad factible pronto, no consigue salir del bucle. Según informa la agencia ACN, los ministros de Asuntos Europeos de la UE no tienen previsto abordar este asunto en la reunión que harán el 20 de febrero. No tratarán la oficialidad del catalán, ni tampoco la del euskera y el gallego. El año pasado, a punto de acabar la presidencia española, se pensaba que este hito se alcanzaría, cosa que finalmente no fue así. Con la presidencia belga actual tampoco parece que las cosas vayan mucho mejor, aunque había unas expectativas puestas.

La presidencia belga no está actuando con respecto al catalán mejor que la presidencia española, que había introducido la cuestión en todas las reuniones, si bien se trataba de un interés del Gobierno para facilitar los pactos de Pedro Sánchez con el independentismo. Desde enero, el catalán ha quedado fuera de las reuniones y se ha abordado solo desde un punto de vista técnico.

Fuentes diplomáticas citadas por la ACN aseguran que este aplazamiento se debe al hecho de que todavía no se han concluido los informes sobre el impacto de la iniciativa, un tema que los socios comunitarios consideran fundamental para poder debatir la cuestión. Sobre la posibilidad de que haya pasos adelante en los informes de cara a la reunión de marzo, las fuentes citadas por la agencia catalana dicen que es difícil de predecir. En la agenda del encuentro del 20 de febrero solo se contempla, hoy por hoy, que los ministros preparen la próxima cumbre de líderes europeos y que hablen sobre el estado de derecho en Polonia.

El Govern habla los tempos europeos

Después de que la oficialidad del catalán se mantenga fuera de la agenda de la próxima reunión de ministros de los 27, el Govern —según cita ACN— defiende que no quiere decir que la cuestión esté "aplazada o congelada". Fuentes del ejecutivo catalán remarcan que "el procedimiento está siguiendo el curso habitual" y "los tempos europeos". "Hasta que los informes no estén terminados, es normal que la presidencia no vuelva a elevar la cuestión a la mesa del Consejo", remarcan desde el Govern, que subrayan que hay que "seguir manteniendo contactos diplomáticos para desvanecer dudas y reticencias para cuando los informes estén terminados".

El Govern también dice seguir en "contacto permanente" con el Gobierno, que, subraya, "sigue teniendo la responsabilidad máxima para que la propuesta salga adelante". "Adquirieron un compromiso y tienen que hacer todo lo que esté a su alcance para cumplirlo", indican, mientras celebran la "predisposición" de Bélgica a mantener la cuestión en las tareas del Consejo este semestre.