Alguien tuiteó no hace mucho que excusarse en un error informático para explicar y hacerse perdonar la catástrofe épica de Rodalies es una excusa tan buena como la del niño que explica a la profesora que el perro se le ha comido los deberes. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, no ha aprendido la lección y ha quedado muy retratada —ella y sus excusas— en las portadas de La Vanguardia y de El Periódico, donde se explica que de cada diez euros presupuestados en inversiones en Catalunya, el gobierno español, hasta junio, sólo había gastado uno y medio. En Madrid, en cambio, cinco y medio. Son datos de la Intervención General de la Administración del Estado. El 80% de las inversiones del Estado en Catalunya corresponden al ministerio de Raquel Sánchez, del que ahora conocemos su nivel de incompetencia, pereza o mala voluntad —entenderás que es difícil de averiguar exactamente de qué se trata—, gracias a las mencionadas portadas.

La ristra de excusas de la ministra, hija del Baix Llobregat, no es mejor que la del perro hambriento. La primera es que el Partido Popular lo dejó todo muy mal. Segunda: la pandemia de la covid-19. Tercera: la invasión rusa de Ucrania. Estamos a una rueda de prensa de culpar al cambio climático y a dos de que aparezca el perro de los deberes. "Cumplimos con Catalunya", dijo la ministra en Barcelona este lunes. Pues no. No cumplen y lo dicen los datos del IGAE, que depende del Ministerio de Hacienda español. Las portadas sólo hacen de altavoz a la impugnación.

Tiene gracia uno de los subtítulos de portada de El Periódico. Sin ningún tipo de duda, se trata de una nota sarcástica: "El ministerio logra invertir hasta el junto 348,38 millones de los 2.207 previstos". Logra. Atención. Qué risa. La Vanguardia publica uno de esos títulos administrativos tan suyos, sin un solo adjetivo ni guiño salvo recordar que Madrid suma más gasto ejecutado que Catalunya "aunque las cuentas públicas aprobadas preveían lo contrario". Ese "aunque" es la única nota ligeramente crítica —oro en láminas retórico—, también sale en un subtítulo y da la impresión, en el conjunto de la portada, que se ha escrito arrastrando los pies. Se ha escrito, sin embargo. Que conste. El trasfondo de todo te lo explica el director de esta santa casa en el editorial. Vale la pena recordar, además, que estos incumplimientos flagrantes y recurrentes, son buen combustible para el llamado conflicto catalán —que no es más que el conflicto español—, como recordaba el escritor Francesc Serés en esta entrevista sobre su última novela, donde recrea el desengaño por el fiasco del procés. "Queríamos llegar, para todo el mundo, a un estatus mucho mejor del que teníamos y superar una situación cultural, social y económica de sumisión. Este punto de partida continúa vivo [...] Todo el mundo sabe qué es el déficit fiscal, que los trenes no funcionan, que se quiere subordinar la lengua...".

Todo recuerda la situación muy parecida de una predecesora de Raquel Sánchez, la exministra de Transportes socialista Magdalena Álvarez, que negó al Congreso que existiera ningún desequilibrio entre lo que se invierte en Madrid y en Catalunya. En una portada memorable, Avui dejó a la ministra en el barro al mostrar con seis gráficos cómo entre 1993 y 2007, en el área metropolitana de Barcelona se habían construido 60 kilómetros de autovías gratuitas mientras que en Madrid se habían hecho 600. Puedes ver la portada debajo de este párrafo. A Álvarez, tras dejar el ministerio, la premiaron con una vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones (tuvo que dimitir por el caso de los ERE). En fin, que no ha cambiado casi nada, por más catalana que sea la ministra, en la que también han pillado por la boca, como a los peces.

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