Carles Puigdemont casi hace el pleno de portadas de Madrid —¡y de qué manera!—. Los diarios del Trío de la Bencina se tiran a lo que Fernando Berlín, director de Radiocable, una emisora por internet, denomina “teatralización de la derecha que pretende torpedear la investidura y la legislatura de Sánchez”. Y añade: “Escucharemos dramatismo, gravedad, daños a la democracia… apocalipsis”. El Mundo afirma que “Puigdemont acosa a Sánchez y le exige ‘amnistía total’” —no es verdad—. ABC se asusta, pero se esmera más: “Puigdemont tensa el PSOE”. La Razón se anima a titular con el estado de ánimo de Pedro Sánchez, desanimado y pesimista —es extraordinario cómo pueden saberlo— porque “Puigdemont se impone”. Los lectores de esos tres diarios deben pensar que el president exiliado es Superman o Terminator. El hombre queda fuera del titular de El País porque le juega en contra un factor que él mismo conoce muy bien por su profesión de periodista: su apellido es muy largo, condición que dificulta cuadrar los títulos. Por este motivo, El País titula: “La investidura encalla con Junts…” en lugar de “encalla con Puigdemont”, que sería más exacto.
Este sábado sí. Los jueces y la Guardia Civil han conseguido tocar bien las portadas de los diarios impresos, en una representación gráfica del pulso entre los poderes del Estado. Por una parte, la Audiencia Nacional (AN) ha enviado a juicio, acusados de terrorismo, a doce presuntos miembros de los Comités de Defensa del Referéndum, aunque no causaron ni heridos en los hechos que se les imputan. Esta causa tiene más que ver con la creatividad de la Guardia Civil a la hora de fabricar informes contra estos vecinos que con la realidad. La Guardia Civil también entregó el viernes un nuevo informe a la AN en que reitera, sin nuevas pruebas, que Marta Rovira, secretaria general de Esquerra Republicana, “hizo actos de coordinación del movimiento de Tsunami Democràtic”.
Son causas que hace años y años que se arrastran y que, casualmente, se activan mientras se negocia la ley de amnistía para los represaliados por el referéndum del 1-O. Resulta difícil no relacionar tanta y tan repentina actividad judicial y policíaca con el momento político. Significativamente, es lo que hace La Vanguardia al abrir portada con este tema, con un título que tiene un deje de queja. Ara va más de cara a portería y habla de “reacción de la judicatura contra la amnistía”. Es una comparación interesante: un diario presenta los hechos pelados para que tú saques la conclusión —o te quedes igual— y el otro titula directamente por la misma conclusión sin dejarte alternativa. El Periódico dice lo que muchos quieren leer: si se aprueba la amnistía decaerían las órdenes de detención emitidas por España a instancias del juez Pablo Llarena. Apunta a lo que otros no quieren ni pensar: habrá vencedores y vencidos.
