El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, sigue insistiendo con la tauromaquia: ahora propone que las competencias sobre la tauromaquia recaigan directamente en la Presidencia del Gobierno, en la Moncloa, cosa que sería "políticamente más honesto" que mantenerlo en el Ministerio de Cultura, con un ministro que quiere "maltratar" el sector taurino. En rueda de prensa desde de Azuqueca de Henares (Guadalajara), después de celebrarse en esta localidad una reunión del Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha, García-Page ha vuelto a responder así a la decisión del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, de suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia.

Page, conocido polemista por mantener siempre posiciones todavía más derechistas dentro del PSOE, argumenta que no se entiende "que haya un ministro encargado de cuidar en el sector taurino que lo que quiera es maltratarlo, cuando no destruirlo", y ha dicho que la posición de Urtasun sobre los toros es "legítima" pero "políticamente sería más honesto que esta competencia se pudiera portar directamente desde la Moncloa sin tener que hacer ningún cambio normativo". A su juicio, está bien situada la tauromaquia en Cultura, pero si un ministro odia una cosa para la cual tiene encargo de proteger lo más honesto, políticamente, sería que esta gestión, de manera funcional, se llevará desde un ámbito que abarca todo el Gobierno, que es la Moncloa, porque si no es como poner al lobo a cuidar las ovejas".

"Aquí no somos gente de boina, no somos gente atrasada"

Ha lamentado que el sector taurino está "con la intranquilidad de estar recibiendo un maltrato oficial" y ha señalado que se pueden tener diferentes opiniones y querer que desaparezca la tauromaquia, pero "lo razonable" es que el sector tenga la "tranquilidad" que quién tiene la competencia legal de vigilar, tutelar y cuidar el ámbito taurino "no tenga como propósito dejarse llevar de sus odios". El presidente de Castilla-La Mancha ha dicho que no quiere plantear "ninguna guerra política" para este tema y lo último que querría es dar consejos sobre cómo se tiene que organizar un gobierno, pero ve "de sentido común" que alguien "se abstenga de tomar decisiones sobre una cosa sobre la cual tiene un manifiesto odio o un interés retorcido".

Asimismo, Page ha reprochado que no acepta "en ningún concepto" de parte de lo que ha denominado "gauche divine", que asocia a una parte de la población que se ha apropiado del concepto de modernidad y lo vincula a lo antitaurino. "Aquí no somos gente de boina, no somos gente atrasada", ha asegurado. También ha manifestado que no vale la pena seguir con este debate que se ha abierto en medio de una campaña electoral (Catalunya) y "para intentar ganar un pequeño nicho de votos". "Ni yo ni el 96% de los españoles aceptamos el rol de una minoría que se considera ilustrada en este país y que nos dice a todos lo que es ser moderno o no ser moderno", ha criticado.

El Gobierno descarta "ningún peligro" para la tauromaquia

Por su parte, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha remarcado este martes que la eliminación del Premio Nacional de Tauromaquia ha sido del Ministerio de Cultura (dirigido para Sumar), porque es competencia suya, pero ha recordado que desde 2013 esta actividad es considerada a España patrimonio histórico y cultural, por lo que no corre "ningún peligro". Desde la esfera socialista, también el candidato del PSC a la Presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, se ha pronunciado sobre la polémica y ha recomendado "un poco más de consenso y respeto" a la hora de abordar las políticas relacionadas con la tauromaquia.