El cardenal arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, ha reclamado no caer en la "tentación de la división", de la "confrontación" ni de la "imposición" de las "maneras de ver y construir el mundo". Durante la misa solemne de la homilía en la Basílica de la Virgen de la Mercè de Barcelona este lunes por la mañana, una semana antes del primer aniversario del 1-O, Omella también ha pedido "ayuda" a Santa Maria de la Mercè para vivir en "comunión, en respeto y en paz".

El presidente del Govern, Quim Torra, ha asistido a la misa, que ha reunido a unas 800 personas en la Basílica de Mercè. También han ido los líderes de los grupos municipales de Barcelona Xavier Trias (Grupo Demócrata), Alfred Bosch (ERC), Jaume Collboni (PSC) y Carina Mejías (Cs), además de la subdelegada del gobierno español, Montserrat Garcia y representantes del ejército.

Durante la plegaria, Omella ha pedido "paz y tranquilidad" en el mundo y, de manera "especial", en Catalunya. "Concédenos ser testigos, valientes y humildes, de esperanza para todos y, de manera especial, para nuestros hermanos más deprimidos y necesidades", ha añadido el arzobispo. Omella también ha subrayado que los creyentes serán "testigos de misericordia" en medio de la sociedad si se acercan a Dios y tratan en "intimidad". "Bendecido quien confía en el Señor y no en los dioses y señores de la tierra, seres de barro que no pueden salvar. Sin Dios no hay futuro, no hay esperanza, no hay misericordia ni ternura", ha sentenciado.

La homilía también se ha centrado en un grito a "la esperanza", y ha reiterado que Santa Maria es un "modelo ejemplar" de vida cristiana, al ser la "primera en la fe, en la esperanza y en el amor". Este año se han conmemorado los 800 años de la fundación de la Orden de Mercè.