En un pleno de infarto, inédito e imprevisible, una de las pocas cosas que estaban garantizadas era que el Congreso de los Diputados tumbaría las enmiendas a la totalidad con texto alternativo que el PP y el Vox presentaron a la proposición de ley de amnistía pactada por el PSOE con ERC y Junts. La del PP, que proponía, entre otras cuestiones, introducir un delito de deslealtad constitucional al Código Penal y disolver los partidos políticos o entidades que impulsaran "referéndums ilegales" o declaraciones de independencia, ha sido rechazada por los 179 votos que invistieron a Pedro Sánchez: PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, el PNV, el BNG y CC (que no dio apoyo a la toma en consideración). La de Vox, que iba más allá y abogaba, directamente, por ilegalizar las formaciones independentistas, ha recibido 309 votos en contra, ya que también se han sumado los del PP, UPN y CC. Sin embargo, en este caso la votación ha sido telemática y no han quedado contabilizados los votos de los diputados de Junts.

El PP defiende que la disolución de partidos es de "democracia moderna"

Desde el PP, la secretaria general de la formación, Cuca Gamarra, ha argumentado que disolver partidos "es lo que hacen las democracias modernas cuando están en peligro", ha cargado contra la ley de amnistía, arguyendo que está diseñada "exclusivamente para siete votos", en referencia a los diputados de Junts, y ha considerado que el artículo 155 de la Constitución "no puede ser el último recurso ante las amenazas secesionistas". "Ahora la indignidad de un político abre las puertas a que todos aquellos que quieren romper nuestro orden constitucional sean los que condicionen el futuro de nuestro país y que intenten, además, derrotar a los demócratas", ha reprochado a Pedro Sánchez.

Por su parte, la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, ha ironizado con el hecho de que la norma tendría que llamarse "ley orgánica para hacer presidente a Sánchez a cambio de siete votos" y ha aseverado que "el PSOE se ha convertido en el principal valedor del separatismo desde el 2014". La portavoz de la extrema derecha ha denunciado que "hay una mayoría de catalanes que respetan la ley y una minoría de golpistas y privilegiados" y ha criticado que "han convertido los primeros en ciudadanos de segunda". Posteriormente, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha reprochado a Alberto Núñez Feijóo que "se consolida, día a día, como la mejor muleta de Sánchez" por haber votado en contra de su iniciativa.

Junts y ERC, contundentes contra la derecha española

Los partidos independentistas han aprovechado sus intervenciones para cargar contra las propuestas del PP y de Vox. Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, se ha preguntado qué afecta más a la gente, si "la amnistía o sus enmiendas mal redactadas" y ha dejado claro que "es mucho más peligroso dejar sin representación política centenares de miles de personas que una amnistía por un referéndum". El republicano también ha rebatido que, si como dicen el PP y Vox, "el gobierno es ilegítimo porque la amnistía no estaba al programa electoral del PSOE" y todo lo que está en un programa se tiene que cumplir, están "obligados" a aplicar el referéndum, dado que figuraba a su programa electoral.

Desde Junts per Catalunya, Josep Maria Cervera ha argumentado que "los primeros acusados por deslealtad constitucional" tendrían que ser los miembros del PP, que "dinamitaron" el pacto constitucional "impuesto en 1978" recogiendo firmas contra el Estatut de Catalunya. Cervera ha censurado que es una propuesta que "dinamita el pluralismo político" y ha criticado que los populares plantean meter en el Código Penal "todo aquello por lo que los independentistas ya han sido condenados" y sirve para "blindar, ahora sí, la criminalización de la actividad del independentismo".