Unas 4.000 personas se manifestaron contra la amnistía en Madrid este viernes. La virulencia de los manifestantes se rebajó, pero a última hora comenzaron los lanzamientos de petardos y bengalas, aumentando la tensión. El ultraespañolismo ha rebajado este viernes su nivel de virulencia en una nueva manifestación contra la amnistía a independentistas. Los 4.000 asistentes a la concentración de este viernes —cifra del Gobierno— no han vuelto a protagonizar una jornada de violencia desatada en las calles del centro de Madrid. Han predominado los cánticos racistas, algún insulto homófobo contra el ministro Fernando Grande-Marlaska, y decir el nombre del cerdo a Pedro Sánchez y Carles Puigdemont. Todo dentro del habitual, pero con una excepción: no ha habido cargas y los manifestantes han protestado pacíficamente.

Ya a las ocho de la noche, hora de la convocatoria de la manifestación, el ambiente estaba mucho más relajado que en las jornadas anteriores. Durante estos pasados días, incluso una hora antes de la convocatoria, ya era complicado caminar por las calles que rodean la sede estatal del PSOE. Este viernes, en cambio, circular estaba chupado. A primera hora de la noche, pues, no había ninguno encapuchado intentando alterar la marabunta de españolistas, ni tampoco ningún símbolo anticonstitucional.

Las primeras águilas han aparecido hacia las nueve y media de la noche. Han llegado acompañadas de rojigualdas con el escudo recortado, una bandera que se ha visto muchísimo estos días en el barrio madrileño de Argüelles. Es decir, un símbolo ultra que incluso rechaza la corona borbónica, y que echa a la basura los símbolos constitucionales. Se trata de la bandera más vista estos días, aparte de las águilas, con permiso especial de la rojigualda constitucional.

Resaca del pacto PSOE-Junts

Hasta ahora, la manifestación más masiva y más violenta ha sido la posterior al anuncio de un acuerdo entre PSOE y Junts per Catalunya para investir a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Era de esperar, y así lo confirmaron los manifestantes este pasado jueves por la noche. Este viernes, sin embargo, la manifestación ya estaba de resaca. Hacía más de 24h que se había consumado un pacto ya anunciado desde hacía semanas por la derecha mediática madrileña, y este viernes el PSOE había anunciado pactos con el PNV y Coalición Canaria: poco golosos para los ultraespañolistas.

Cánticos racistas, los más habituales, aparte de los contrarios a Sánchez y Puigdemont

Un aspecto destacable de las manifestaciones ultra de estos días es la cantidad de cánticos racistas que braman los concentrados en las puertas de la sede de Ferraz. "Esa lechera, en la frontera", o "España cristiana, y no musulmana," son algunos de los lemas más escuchados estos días, más allá de los insultos dirigidos a Pedro Sánchez y Carles Puigdemont. El pasado martes, por ejemplo, los ultras concentrado en las puertas del Congreso de los Diputados regañaban los antidisturbios que custodiaban la cámara echándolos en cara que, en Ceuta y Melilla, "a los moros sí que los dejáis pasar".