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El president de la Generalitat en funciones, Artur Mas, convocará el lunes las elecciones para el 6 de marzo. Lo hará una vez se agote el plazo de dos meses que fija la ley para disolver el Parlament si no hay investidura y después de desestimar la posibilidad de renunciar a la presidencia del nuevo Govern. El candidato de JxSí ha dejado claro que es la CUP quien tiene que moverse si quiere evitar la convocatoria.

El jefe del Ejecutivo catalán en funciones ha comparecido en rueda de prensa al acabar la reunión del Govern y cuando el cabeza de lista de Junts pel Sí, Raül Romeva, en un contacto informativo posterior a la larga reunión de la dirección del grupo, ha hecho público que su candidato sigue siendo Artur Mas.

JxSí ha tenido que reiterar su posición sobre el candidato después de que, en la reunión de la ejecutiva de ERC, diferentes dirigentes reclamaran un paso atrás de Mas para conseguir un acuerdo con la CUP. Al acabar aquella reunión, el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, ha comparecido en rueda de prensa para reclamar que los negociadores se sienten a negociar hasta el último minuto.

El Nacional ha podido saber que el líder de ERC estaría dispuesto a renunciar a la vicepresidencia que le correspondería en el nuevo Govern si eso permitiera que Mas cediera la presidencia a Neus Munté y asumiera el papel de conseller primero.

Dignidad

Mas, sin embargo, ha cerrado la puerta “por dignidad” a ningún movimiento en este sentido. “La presidencia de la Generalitat no es una subasta de pescado”, ha advertido.

El president en funciones ha querido descargar toda la responsabilidad de la situación creada encima de la CUP. Ha repasado todas las concesiones que se ha hecho a los cuperos a lo largo de estas semanas, ha recordado que a pesar de las presiones internas ha habido voces dentro de la formación que han defendido el acuerdo y ha sentenciado que finalmente la CUP ha quedado dividida y con su cabeza de lista, Antonio Baños, renunciando al escaño.

Sentido de país

“Ha sido un error haber confiado en el sentido de país de la CUP”, ha lamentado Mas después de asegurar que “JxSí ha tenido toda la paciencia del mundo, más paciencia que Job”.

El líder convergente ha argumentado que los 62 diputados de JxSí no pueden hacer más cesiones a los 10 de la CUP por un principio de “proporcionalidad”, porque “la mitad de la CUP no puede imponer sus condiciones a JxSí”. “Si hacemos alguna concesión nueva, el mensaje que estamos enviando es que este proceso político catalán se puede construir a base de excluir y vetar a la gente. Y así no lo podemos hacer”, ha añadido.

Reproche a ERC

Ha tenido, sin embargo, también reproches para su socio de Esquerra, que ayer se situaba en una posición equidistante entre los negociadores. “Esta no es una negociación entre Convergència y la CUP. Toda la negociación la ha hecho JxSí entera. En todas las reuniones había representantes de CDC, de Esquerra y de los independientes de Junts pel Sí”, ha recordado.

Mas no ha querido entrar en el debate sobre si se reeditará la candidatura electoral de JxSí hasta que no se hayan convocado los comicios, pero sí ha insistido que hace tres años que su “obsesión” es “juntar gente”. “Si no hay más remedio y hay que ir a la convocatoria electoral, no sólo intentaremos que el proceso no quede tocado, sino que quede fortalecido”, ha asegurado.

El president en funciones ha trasladado de nuevo la pelota al tejado de la CUP. “Le quedan cuatro días para intentar mover esta posición”, ha advertido aunque ha admitido que tiene “muy pocas esperanzas”. “Sin embargo, mientras hay vida hay esperanza”, ha ironizado.