La lengua de uso habitual en Catalunya es el tema de debate en el país que ha experimentado un crecimiento más notorio en la percepción de polarización que genera. Así lo refleja la encuesta de Convivencia y cohesión en Catalunya 2022 elaborado por el Institut Català Internacional per la Pau (ICIP), que recoge preguntas sobre la polarización ideológica y emocional en el país, elementos de cohesión de la sociedad, problemas de convivencia o cuestiones de confianza social y con respecto a colectivos. Según el estudio, el procés independentista sigue siendo el tema de debate que más polariza a la sociedad catalana (tiene una valoración del 7,1 en una escala del 0 al 10), seguido de la lengua de uso habitual, la polarización de la cual ha crecido del 5,1 al 6,1 en dos años, situándose de la quinta posición a la segunda como principal cuestión de debate con un grado de polarización elevado. De hecho, suben todos los otros temas, como la inmigración (5,9), la clase social (5,9), los impuestos y el estado del bienestar (5,8) y el feminismo (5,3).

Sobre el incremento de la polarización por la lengua de uso habitual, Berta Barbet, politóloga y coordinadora del estudio, ha declarado que los indicadores apuntan hacia un conflicto que "ya no es tanto entre ideas políticas, sino también entre los derechos de la gente que habla una lengua u otra". Con todo, por ámbitos, los 2.047 encuestados entre el 17 y 24 de octubre de 2022, muestra que responde a una población que tiene 18 años o más, considera a la clase política o los partidos políticos como el espacio más polarizado (7,2), seguidos de los medios de comunicación (6,9) y de la sociedad en general (6,1). Esta percepción de la polarización de la sociedad en general se mantiene bastante estable (sube ligeramente tres décimas) con respecto al 2020.

La valoración de la convivencia en Catalunya se mantiene elevada, pero se dispara el incivismo como principal problema

En referencia a la valoración de la convivencia, esta se mantiene prácticamente en los mismos niveles que el año 2021 tanto en Catalunya (6,3 actualmente y 6,2 el anterior estudio) como los municipios y barrios (6,6 actual; 6,7 el año 2021). Ahora bien, la percepción negativa de la convivencia es, sobre todo, más pronunciada en las ciudades que superan los 100.000 habitantes. A pesar de estos datos, en relación con los principales problemas de convivencia, vale a destacar los incrementos pronunciados de la mayoría de estos. En opinión de los encuestados, la percepción de incivismo, suciedad o ruidos aumenta hasta el 74,2% y se convierte en el principal problema de convivencia, cuando el año 2020 se situaba en el 62,5%. También crece la percepción de xenofobia, racismo o discriminación (del 22,6 al 34,5%); la delincuencia y las drogas (del 33,5% al 45,4%) o la inseguridad (del 33,6% al 44,2%). En este sentido, las subidas más pronunciadas se registran en los municipios que tienen una población inferior a los 10.000 ciudadanos. A modo de ejemplo, la percepción de problemas de incivismo se dispara en cuestión de dos años del 15,1% al 54,9%.

Una sociedad abierta a la inmigración y respetuosa con los diversos colectivos

La cohesión es uno de los pilares que centra la encuesta del ICIP. Una de las conclusiones más inmediatas es la predisposición a acoger refugiados de la sociedad catalana y la mirada transversal con respecto a la población del país. Un 64% de los encuestados sostienen que convivir con personas de diferentes contextos (grupos étnicos, religiosos, culturales o raciales) enriquece la sociedad. De hecho, casi la mitad de la población se sentiría cómoda con que su hijo o hija se casara con un solicitante de asilo o refugiada y seis de cada 10 también lo ven bien si es con una persona gay, lesbiana o bisexual. Con estas estadísticas, Catalunya se sitúa en el 'top 5' de países de la Unión Europea en cuanto a tolerancia hacia las personas refugiadas, homosexuales y bisexuales. El único matiz es que hay más predisposición a acoger personas originarias de Ucrania (71,9%) que de Siria (54,4%).

Rechazo al incremento del gasto militar y aval al uso de la violencia si es para defender a la familia

Con respecto a la percepción de riesgos y amenazas, la sociedad catalana percibe las crisis económicas o financieras como el principal riesgo o amenaza (83,8%) y también sitúan por encima del 70% el mal funcionamiento de la democracia, el cambio climático, las noticias falsas y la desinformación, el aumento de las desigualdades y el aumento de la extrema derecha. Con respecto a la propia seguridad, es especialmente relevante que un 51,9% de los encuestados ve como riesgo el incremento del gasto militar. Tanto es así que, según el estudio del ICIP, un 61,8% de la población que vive en Catalunya considera que se destinan demasiados recursos al presupuesto de gasto familiar y un ínfimo 5,1% cree que se gasta muy poco en esta materia.

Finalmente, aunque la predisposición para utilizar la violencia es minoritaria en la mayoría de los supuestos, un 64,1% lo haría para defender a su familia. Este porcentaje decae claramente cuando los supuestos son para defender el medio ambiente (16,8%), las ideas y valores propios (15,3%) y el país donde una persona vive (15,4%). Kristian Herbolzheimer, director del Institut Català Internacional per la Pau, ha puesto de relieve las estadísticas referentes al gasto militar, ya que considera que estas manifiestan una "percepción muy diferente de lo que se entiende por seguridad" entre los gobiernos de la UE y la OTAN, por una parte; y la ciudadanía, por la otra.