En una época en que la batalla electoral se entrega en la televisión y las redes, los partidos no olvidan la publicidad de toda la vida. Carteles con caras rejuvenecidas y sonrientes observan desde los faroles. Los buzones se llenan de sobres y listas de medidas, prometiendo un futuro mejor. En esta lucha por la atención no hay normas. Clones repetitivos o paneles en el rincón menos pensado. Todas las ideas son buenas para intentar ganar un espacio más que los contrincantes.