Observadores internacionales se han tenido que despertar muy temprano para poder hacer cola y entrar como público en la sala del Supremo donde se celebra el juicio. Se han visto obligados a hacer cola ya que el Supremo les negó reservar sillas en la sala alegando que el procedimiento se retransmitiría en directo.

Finalmente, al menos seis observadores habrían podido acceder a la sala, dos de ellos lo han tenido que hacer acreditándose como letrados. Se trata del belga Frederic Ureel, de Abogados Europeos Demócratas (AED), y del francés Alexandre Faro, miembro de la Federación Internacional por los Derechos Humanos (Fidh).

El Supremo descartó reservar sitios en la sala para observadores internacionales, pero aun así estos dos han accedido presentándose como letrados en el primer día de juicio.