"No vivimos una situación normal. Estamos en la prisión por haber defendido unas ideas legítimas y democráticas. Y por haberlo hecho pacíficamente". Así lo ha afirmado el exconseller Josep Rull durante su comparecencia en la comisión de investigación del 155. Con muchos sentimientos contrapuestos, como él mismo se ha encargado de recordar, Rull ha vuelto al Parlament, casi dos años después de haber sido encarcelado. La última vez que había pisado las relucientes alfombras de la cámara catalana fue durante la primero sesión de investidura del exconseller Jordi Turull. La primera votación fue fallida y ya no hubo segunda parte: los encarcelaron.
Este martes ha podido dejar la rutina de la prisión, vestirse con la corbata y la insignia de conseller en la solapa, y volver al Parlament, donde ha querido denunciar la "ignominiosa" sentencia del Tribunal Supremo. En este sentido, ha pedido a los asistentes que se lean con detenimiento la sentencia y vean a los cuales se condena a Turull a "12 años de prisión por un anuncio", a Dolors Bassa "por los locales" del referéndum, o a él mismo "por no haber autorizado" que uno de los barcos de la policía española atracara en el puerto de Palamós. "Es inaudito, es una vergüenza y no puede dejarnos impasibles", ha sentenciado.
Y en este punto se ha preguntado porque algunos consellers estuvieron condenados a largas penas de prisión y otros han quedado en libertad –Carles Mundó, Meritxell Borràs y Santi Vila–, y lo ha atribuido al hecho de que dejaran la política. "Es la única diferencia entre unos y otros. No es normal que se nos haya condenado por haber defendido unas ideas", ha añadido en este sentido. En más, también ha querido aprovechar el micrófono para denunciar que hayan tenido que saber varias decisiones judiciales, incluso la sentencia, antes por la prensa que por los canales oficiales, así como también que la exministra Rafel Català avanzara el procesamiento un mes antes de que se produjera en una entrevista.
A pesar de todo, ha querido interpelar a todos los ciudadanos, independentistas y no independentistas, a reaccionar ante esta sentencia porque, avisa, "de ahora en adelante cualquier manifestación que sea demasiado discrepante o masiva puede acabar siendo sedición". Sin embargo, ha asegurado que se mantendrán "firmes" porque "no hay suficientes prisiones ni barrotes para cerrar anhelo democrático de un pueblo que quiere ser libre".
"Lo volveríamos a hacer mejor"
En el turno de preguntas, y en respuesta a los Comuns, Rull ha asegurado que lo volvería a hacer pero esta vez "mejor", ya que ha asegurado que han "aprendido". "Si lo hubiéramos hecho mejor no estaríamos en prisión", ha añadido en este sentido. Sin embargo, ha defendido que "hacía falta llega hasta el muro" para ver "qué había detrás" y aprender. Sin embargo, sí que ha querido reconocer algunas carencias y, a pesar de defender las urnas del 1-O fueron "potentes", ha reconocido que "demasiados catalanes no se las sintieron|oyeron propias".
Además, en un tono emocionado y con la mirada puesta a su esposa, presente como invitada en la sala, ha asegurado que sigue haciendo política para que sus hijos se hagan grandes "en un país donde para hacer política no se vaya a la cárcel".
Acusa al Estado de querer "desbaratar" la Generalitat con el 155
Por otra parte, Rull ha aprovechado la comparecencia para desgranar punto por punto los efectos que tuvo el 155 en su conselleria, Territori i Sostenibilitat, y también en la de Empresa, cuyas funciones ostentó por un día cuando el exconseller Santi Vila dimitió por la DUI. En este punto, ha lamentado la actuación del Govern que, ha asegurado, quería "torpedear" y "desbaratar" las líneas estratégicas de la acción del Govern catalán. Sin embargo, ha asegurado que no lo consiguieron gracias al trabajo de los funcionarios y altos cargos, a quien ha agradecido haber estado "dique de contención", pero también lo ha atribuido al desconocimiento que asegura que había dentro del Gobierno de las políticas catalanas del y "baremos" diferentes en los que se movían.