El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha abogado este domingo por un nuevo status político para el País Vasco "de soberanía compartida" que lo convierta en "más Estado vasco". Así, la apuesta del que volverá a ser el nuevo cabeza de lista del PNV en las siguientes autonómicas, es pasar de "la interdependencia a más soberanía".

El anuncio, que ha hecho en el marco del acto del partido por el Aberri Eguna, es una declaración de intenciones. Desde la Plaza Nueva de Bilbao, el nacionalista ha asegurado que la formación trabaja "el presente para construir el futuro" a partir, eso sí, de "diálogo y entendida, de negociación y acuerdos". En este sentido ha recordado que "el pacto es la raíz de la Confederación de los Estados Vascos, la Nación Foral", en definitiva, una manera de hacer de un nacionalismo que ha definido como "cooperativo, colaborativo e inclusivo".

"Catastrofistas"

Urkullu ha repartido a diestro y siniestro. El lehendakari ha descartado tomar "ni un minuto en contestar a los catastrofistas", pero acto seguido ha acusado a quienes "desde una comodidad no saben hacer nada más que criticar y exigir", a los que predican "una Arcadia feliz" y los que "predican justicia social y prestaciones sin límite".

Al otro lado de la balanza, el dirigente ha cargado contra aquellos que se presentan como nueva política y "a los pocos meses constatamos los modos de centralismo democrático propios de épocas pasadas". "No nos vamos a dejar engañar ni por los nuevos ni los viejos predicadores. Nosotros tenemos nuestro propio camino y no nos vamos a desviar de él", ha concluído a todo esto.

El objetivo del partido, dice, ante este panorama, es afrontar los diversos retos como el demográfico y de integración social, el de la "legitimidad democrática, el de la seguridad y la paz, y el de la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático en todos los órdenes". Y todo esto asegura que se hará con "honestidad e integridad".