El PSC hace meses que se reivindica dentro del universo socialista como la piedra angular para romper las posiciones enrocadas entre la Generalitat y la Moncloa, entre Madrid y Barcelona. Este argumento le sirve para legitimarse dentro del proceso de reformulación de su relación orgánica con el PSOE, ahora que en Ferraz no descarta privar a los catalanes de la elección del secretario general del partido. Por ese motivo, el primer secretario, Miquel Iceta, se ha posicionado del lado de la gestora durante el comité federal, y ha reiterado la utilidad del PSC en el conflicto con Catalunya.

"El Govern tiene previsto celebrar un referéndum ilegal antes de que acabe el año. El acordado es imposible, y el otro es a la brava, porque tampoco es posible, o bien porque no se celebra, o bien porque es un simulacro tan inútil como la consulta del 9-N", indicó durante su intervención en cerrado. Iceta ha avisado a los barones y otros miembros de la formación socialista que la solución "probable" sería la convocatoria de unas nuevas elecciones. Por ello, ha lanzado un mensaje velado sobre ser la pieza de unión entre ambos frentes.

"Los dos gobiernos llevaban cinco años sin hablar. Ahora han empezado a hablar, entre otras cosas por la grande insistencia del PSC y del PSOE. Pero con hablar no es suficiente: hay que llegar a acuerdos. Y lamentablemente hoy existen pocos puentes entre posiciones tan distantes, una que quiere romper y los otros que desearían no cambiar nada", ha expuesto, atribuyéndose los méritos del deshielo con la Moncloa. Esto ocurre después de que el ex secretario general Pedro Sánchez fuera el primero en poner un cordón sanitario en las negociaciones de gobierno a ERC y PDeCAT, aunque en La Sexta cambiara de parecer tras dimitir.

La cuestión es que los socialistas catalanes cuelgan de un hilo en la permanencia en los órganos de dirección del PSOE, tras desacatar la abstención durante la investidura del presidente Mariano Rajoy. A este hecho se sumó la reivindicación de la plurinacionalidad, la defensa de Catalunya como "nación" y el intento frustrado de abogar por la vía canadiense para el referéndum. Por ello, Ferraz consideró que era necesario revisar el protocolo de unidad de 1978 para alcanzar una relación "simétrica" con el PSC, que ya se ha desmarcado varias veces en temas relativos al derecho a decidir.

Dentro de ese marco, se contemplaba que los catalanes no eligieran al secretario general, pero sí al candidato a las elecciones –porque los representa a todos–. Aquí es donde Iceta ha asegurado que no se entendería que al PSC no lo dejaran votar, si es que se pretende unir los lazos con Catalunya. La cuestión es que el primer secretario solía estar del lado de Sánchez, pero ahora ya promete "neutralidad" a Díaz, como hizo en un encuentro que mantuvieron en Sevilla. La misma neutralidad de este sábado, cuando ha asumido la fecha del congreso para los días 17 y 18 de junio sin enmiendascomo querían los susanistas.