Ayer regresaron de Afganistán los últimos soldados que el ejército español tenía allí destacados. Han estado en una guerra muy dura, muy cruel, muy despiadada —y siempre absurda. Es un conflicto que arrancó el presidente George Bush hijo con el nombre de "guerra al terrorismo". Veinte años de combates y unos 250.000 muertos después, la coalición de ejércitos encabezada por los Estados Unidos, el español incluido, la da por perdida. España es el 12.º país con más víctimas en ese conflicto. Allí han muerto 34 militares españoles: 17 en un helicóptero que se estrelló en 2005; 13 en ataques de insurgentes; dos por causas naturales y dos en accidentes de vehículos. Sería el 6.º ejército con más víctimas si sumas los 62 militares que volvían a España desde Afganistán en el avión Yak-42 que cayó en Turquía en 2003. Afganistán y Pakistán suman más de 235.000 muertos, 71.000 de ellos civiles. Ahora ya sabes por qué Afganistán es llamado "tumba de imperios": han echado del país a los británicos en el siglo XIX, a los soviéticos en el XX, y a los norteamericanos y aliados en el XXI. Soy afgano ¿a qué quieres que té gane? Si alguien puede decirlo son ellos.

Pues pese a este panorama —una guerra perdida, 250.000 muertos, el terrorismo islamista agravado...— La Razón y El Mundo llevan una foto del regreso en portada y hablan "de nuestros héroes" y de "los últimos de Afganistán", que es como el tabloide ultra pretende asociar a los militares regresados con Los últimos de Filipinas, otro de los mitos tristes, fatídicos y perdedores del patrioterismo castrense local. Además de haber pasado cien y una penalidades, los profesionales de la milicia tienen que soportar verse utilizados para excitar el nacionalismo de faria y soberano que gastan ese par. Suerte que hoy no los acompaña ABC, que prefiere quejarse de que el ministro de Justicia, Fernando Grande-Marlaska, no persigue un caso —otro más— fabricado para enredar a Podemos.

Es curioso. Marlaska fue el juez decisivo en el archivo y derrota del caso de que quería dilucidar las responsabilidades por los 62 militares muertos en el Yak-42. La instrucción del caso le abrió el camino del ascenso dentro de la Audiencia Nacional y más allà. Ni El Mundo ni La Razón se quejaron entonces mucho del archivo, ni hablaron de héroes ni de los últimos de nosedónde. El día que se dio carpetazo al asunto no llevan el tema en portada. Ambos abrían con una foto de Juan Carlos y Sofía presidiendo una ceremonia. Eran los últimos intentos de disimular la crisis de la pareja pocos meses antes de la cacería en Botsuana y la cuesta abajo que acabaría en la abdicación. La Razón llevaba, además, otro titular. "Bankia: los clientes pueden estar tranquilos". Tranquilísimos. Ya ves, el tartufismo y la hipocresía que gastan esos dos diarios viene de lejos.

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