La corrupción al PSOE ha dado pie a la sesión de control más tensa a que ha tenido que hacer frente el president de la Generalitat, Salvador Illa, desde que empezó la legislatura. Junts, ERC, PP y Vox han reprochado al dirigente socialista la situación en que se encuentra el partido socialista, mientras que los Comuns han reclamado contundencia y transparencia. De poco ha servido que Illa insistiera en que su partido es el PSC, el president se ha visto obligado a responder una vez y otra sobre las fechorías de Santos Cerdá, José Luis Ábalos y Koldo García. No solo eso, tanto el PP como Vox le han reclamado quien es la persona que responde al nombre de Chili y con el cual, según el informe de la UCO, "Salvador Illa habla muchísimo". "No tengo ni puñetera idea de quién es el tal Chili", ha respondido el president visiblemente irritado.

El primero que le ha reclamado que se posicionara sobre los casos de corrupción que golpean al PSOE ha sido desde Junts Albert Batet. "Mi partido es el PSC y no tiene ninguna financiación irregular", ha replicado Illa, que ha insistido en que el "problema lo ha tenido el PSOE", que "ha respondido con contundencia" y que "no hay financiación irregular" en la formación. El responsable del grupo de Junts, que ha tildado a Illa de "president de los incumplimientos" le ha reclamado también si cumplirá el compromiso sobre la financiación singular, ante lo cual el político socialista ha asegurado que cumplirán a pesar de admitir que "será difícil".

Sumisión y falta de ambición

ERC ha insistido en el debate de la corrupción y en la exigencia sobre la financiación singular. El presidente del grupo, Josep Maria Jové, ha advertido que cuando la corrupción se instala solo actuaciones "valientes y decididas" pueden combatirlas. "La legislatura en Madrid no puede continuar si no se limpia. Le hablo de Madrid, porque siempre ha ligado su suerte a la del presidente español. Sumisión y falta de ambición le recordamos a menudo. Y ahora puede sufrir las consecuencias", ha advertido. Esquerra reclama saber hasta donde llega estos casos y ha advertido que la legislatura solo tendrá continuidad si se cumplen los acuerdos, por lo cual ha avisado a Illa que no se les pase por la cabeza frenar los acuerdos pendientes a raíz de la crisi provocada por estos casos.

En su respuesta a Esquerra, Illa ha pedido que "quién pueda garantizar corrupción cero, que lo diga", pero ha insistido en la voluntad de actuar con toda contundencia y aplicar los mecanismos que hagan falta para prevenirlo. "No estamos exentos en Catalunya. Cojamos perspectiva no hemos estado en Catalunya exentos de comportamientos innobles", ha añadido, a pesar de asegurar que no quería recurrir a la estrategia del itumás. Illa ha garantizado que trabajan para cumplir los acuerdos de investidura porque "el de financiación es un acuerdo complejo, pero es muy relevante".

Ni puñetera idea

El presidente del grupo del PP, Alejandro Fernández, ha sido quien ha elevado un grado más la tensión, apuntando directamente a Illa en los casos de corrupción, interrogándole sobre su aparición en el informe de la UCO. No tengo nada que esconder, he actuado siempre con limpieza y ustedes me han pedido explicaciones y aquí estoy para dárselas. Estoy completamente tranquilo, limpio y dispuesto a dar la cara cuando se me pida", ha replicado Illa.

El dirigente del PP le ha reprochado que el pleno ha empezado rechazando la petición de PP y Vox para que compareciera por este tema, y le ha planteado una retahíla de preguntas. En primer lugar le ha preguntado quién es "el tal Chili", con quien hablaba, según el informe del UCO, "porque este nombre no presagia nada bueno"; en segundo lugar, le ha interrogado sobre las afirmaciones de Koldo en el sentido que también investigaron a Illa; y en tercer lugar, si participó Koldo a la compra máscaras mientras era ministro de Sanidad.

"Las respuestas todavía son más sencillas, de mascarillas nada de nada de nada. En su casa sí, y el de su partido que lo denunció lo echaron", ha respondido Illa visiblemente irritado. "Si me han investigado no lo sé. Deduzco que sí, desde que era ministro. Y no tengo ningún inconveniente que me investiguen, ninguno, ninguno, ni uno," ha añadido. Mientras que con respecto al tal Chili, ha asegurado que no tenía "ni puñetera idea de quién es", y ha dejado claro que habla por Signal con quien le haga falta y con cualquier otro servicio de mensajería. "Nada de que esconderme", ha remachado.

Banda criminal

De poco ha servido la contundencia ante el PP, porque Vox ha insistido en pedir por el tal Chili y le ha preguntado sobre su relación con esta "trama y organización criminal de su partido" y sobre las obras en Sant Feliu de Llobregat, pero lo ha mezclado con el informe de la Sindicatura de Cuentas que señalan pagos indebidos en prestaciones sociales. En este punto Illa ha subido el tono de advertencia hacia el partido de ultraderecha. Mi partido no es ninguna organización criminal, es el PSC y lleva más de 40 años. Vaya alerta con lo que dice, si no quizás si nos veremos en algún otro lugar", ha advertido, además de recordar que las irregularidades vinculadas a la DGAIA se están investigando y que no ha habido malversación de dinero.

El aviso no ha impresionado a Garriga que ha insistido en que no tenía duda que se encontrarían en algún otro lugar y que de eso se encargaría Vox de sentarlo a él y a "toda la banda criminal de su partido" ante los tribunales, lo cual ha provocado un aviso del presidente del Parlamento, Josep Rull, que le ha advertido que no se podía hacer acusaciones genéricas de este tipo.

Obcecación y fanatismo

Illa ha vuelto a poner en marcha el ventilador. "Puede investigar lo que tenga por conveniente, mi grupo hace las cosas bien hechas, incluso en el cobro dietas en este Parlament", ha asegurado en referencia al cobro irregular de dietas por parte de Vox. El president ha acusado, además, a Garriga de "obcecación y fanatismo" para mantener todavía ahora, después de un año, a las críticas a la amnistía.

También David Cid ha pedido transparencia y contundencia a Illa, pero ha evitado hurgar en esta cuestión. "Sabe que nosotros no dejaremos pasar a la extrema derecha y lo hacemos desde un partido que no ha tenido ningún caso de corrupción", ha argumentado, antes de dedicar su pregunta a la crisis de Rodalies. La CUP ha preguntado sobre el aeropuerto mientras que Aliança Catalana ha dedicado su pregunta a un trato detectado en Salt sobre supuestos maltratos a jóvenes musulmanes dentro de equipamiento religiosos.

La carga de los grupos ha sido tal que también el portavoz del PSC, Ferran Pedret, que ha dedicado su pregunta al aeropuerto, ha salido en defensa de la honorabilidad de su partido y sus militantes. "No hay nadie más ultrajado, decepcionado e indignado por lo que ha pasado que la gente honesta de las izquierdas de este país, que seguro que combate la corrupción y los corruptores", ha remachado.