La última vez que Joquim Forn salió de la prisión fue en verano, cuando el 15 de junio asistió al pleno de investidura del Ayuntamiento de Barcelona, donde tomó posesión del acta de concejal. Un cargo del cual semanas después sería desposeído. Hoy ha vuelto a hacer prácticamente el mismo recorrido, bajo las mismas condiciones, esta vez para volver a pisar el Parlament, cosa que no hacía -como él mismo ha recordado- desde el 27 de octubre de 2017, el día de la Declaración de Independencia. quim forn comissio investigacio 155 parlament   sergi alcazar

La del responsable de Interior durante el 1-O ha sido la intervención más breve, pero también la más detallada en relación a las afectaciones concretas que el 155 tuvo para su conselleria. "El 155 decapitó el departamento", ha explicado, y supuso un "bloqueo a todos los niveles", desde la compra de armamento o material necesario para el cuerpo de bomberos, hasta la prohibición de acceso a los fondos reservados para la lucha antiterrorista. Forn no se ha mordido la lengua a la hora de apuntar que la intervención de la Generalitat fue un hecho absolutamente "premeditado" motivado por "la obsesión del Estado de recuperar la competencia de Mossos". El exconseller tiene claro que "desde el éxito de gestión del cuerpo durante los atentados de Barcelona y Cambrils se desplegó una estrategia para desprestigiar a la policía de Catalunya: mediática, judicial e institucional".

Tras confesarse "indignado y dolido", ha puesto cara a los responsables de una "avalancha de graves mentiras y calumnias" contra la policía catalana. Concretamente se ha referido a la campaña abierta por PP y Cs, y avalada por determinados medios de comunicación, a raíz de la incautación de documentos a punto de ser incinerados por agentes de mossos. Aquello motivó una serie de acusaciones y denuncias judiciales que apuntaban que el departamento de Interior había ordenado a Mossos d'Esquadra que espiara a los líderes de los partidos de la oposición. La denuncia, como ha recordado Forn, ha quedado archivada. "Me hubiera gustado que algunos de los autores de aquellas calumnias hubieran venido a pedir perdón al cuerpo de Mossos d'Esquadra".

Aprovechando la tribuna y la audiencia, ha señalado directamente a Inés Arrimadas y Xavier García Albiol. Forn se ha remontado a octubre de 2017, cuando se decidió, por motivos de seguridad, reforzar la protección de determinados líderes políticos. Ha explicado como, instado por Trapero, llamó personalmente a Arrimadas, Albiol, Iceta y toda el resto de dirigentes políticos a los cuales se había decidido asignar un escolta adicional para informarlos de la nueva medida de vigilancia. Algunos de ellos, ha dicho Forn, llegaron a quejarse porque creían que era insuficiente y reclamaban más agentes. Por eso encuentra "vergonzoso" que después lo vincularan a una operación de espionaje.

Riñe a JxCat y ERC

Su comparecencia llega horas después de la consumación del divorcio entre Junts per Catalunya y Esquerra Republicana, retransmitida en directo a través de todos los medios de comunicación. Un espectáculo que vivieron y vieron con tristeza desde la prisión de Lledoners. Ya lo ha dicho por la mañana Jordi Turull. Y Forn lo ha rematado por la tarde. "Ayer fue un día triste", ha lamentado. Y no se ha privado de reñir a los protagonistas de uno de los episodios más negros que ha vivido la unidad independentista. "Hace 27 meses que estoy en la prisión, y me siento con el derecho de reclamar que abandonemos las estrategias partidistas y los tacticismos, lo que hay en juego es demasiado importante", ha sentenciado, "hemos llegado más lejos que nunca y no tenemos derecho a estropear todo lo que hemos ganado".