Hacer compatible la ampliación del Aeropuerto del Prat con preservar la laguna de la Ricarda parece que los únicos que lo ven factible es los partidos del Govern, ERC y Junts. El último a defender la tercera pista pero remarcando que eso comporta cargarse la Ricarda es el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández.

De todos modos, relativiza el impacto ecológico: "La Ricarda no es Doñana. Si el concepto fuera maximalista no tendríamos ninguna carretera en España, no hay que ser un genio para llegar a esta conclusión que donde ahora hay construcción, antes había naturaleza", en declaraciones a TVE.

Fernández compara la reserva natural del río Llobregat con el parque nacional andaluz para quitar hierro al impacto medioambiental: "Detrás hay una visión ideológica como la CUP que dice que fomenta una economía especulativa".

Hay que recordar que, sea para una excusa u otra, este argumento lo defiende el mismo gobierno de Pedro Sánchez. Ayer, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, recordó que el nuevo Aeropuerto "requerirá una afectación ambiental" y desafió al Govern catalán en sus propósitos. En paralelo, las palabras de Iceta también chocan con las últimas declaraciones del secretario de Junts, Jordi Sànchez, en Ràdio Estel: "Hay que recuperar la musculatura de este aeropuerto, pero en ningún caso con la afectación de la laguna de la Ricarda. Es factible hacerlo ahora, si hace falta, posponiendo el DORA".

"Los indultos han traído violencia"

Fernández ha dejado unos cuantos titulares más en el programa de la periodista Gemma Nierga. La conclusión que ha sacado de la Diada del sábado pasado es esta: "Había muchísima menos asistencia, pero muchísima más violencia. Es paradójico. Se hacían expresiones pacíficas y durante años no pasó nada. Ahora, es curioso que después de los indultos tengamos más violencia, incluso, entre ellos mismos".

Por eso, considera que "una mesa de diálogo no es para resolver un conflicto político. Una mesa de diálogo con una comunidad no es una negociación Palestina-Israel". Fernández no quiere hablar de conflicto político sino de conflicto, sin ningún tipo de adjetivo, y pone el acento en "el problema de desobediencia de una comunidad". La 'moda' de comparar esta dualidad con la historia bélica mundial no es nueva. Volviendo al ministro Iceta, este veía una similitud entre la mesa de diálogo y "el proceso de paz de la guerra de Vietnam", ayer en Onda Cero.

El líder de los populares catalanes valla filas y pide hablar de otros temas "como la sanidad y el aeropuerto" y desprenderse de una "visión cesarista que impone a Pedro Sánchez con la gestión de la mesa".

Fotografía de portada: imagen de recurso de Alejandro Fernández