El nuevo Estatuto fue el compromiso estrella del tripartito, que encabezaba Pasqual Maragall surgido de las elecciones al Parlament del 2003. La propuesta, rubricada en el llamado Pacto del Tinell, había obtenido durante la campaña electoral el impulso del líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. El secretario general socialista -y entonces jefe de la oposición en el Congreso- en un mitin en Barcelona se comprometió a respeta el Estatuto que aprobara el Parlament.

Durante tres años la vida política y parlamentaria de Catalunya giró en torno a la redacción del texto, que engulló hasta el agotamiento a cualquier otro debate. Las negociaciones se desarrollaban en medio de un clima de tensiones frecuentes dentro del tripartito -que incluso recibieron el nombre de una atracción de moda, Dragon Khan- y el pulso con CiU, que aprovechaba para marcar perfil con esta negociación después de que a pesar de ganar en escaños las elecciones había quedado relegada a la oposición.

Paralelamente, en Madrid se producía un giro político después de los atentados de Atocha y Zapatero llegaba inesperadamente a la Moncloa en marzo del 2004. El debate estatutario tensó rápidamente la política española donde a las críticas del PP se sumarían pronto tensiones entre el PSOE i PSC

Después de los dos primeros años de trabajos, el Estatuto quedó cerrado en la ponencia redactora y se aprobó en comisión en julio del 2005, pero para conseguir la luz verde del pleno del Parlament todavía tuvo que superar una negociación de infarto que se cerró in extremis y de madrugada en la Cámara catalán. Finalmente, el 30 de septiembre, se aprobó con 120 votos a favor (CiU, PSC, ERC e ICV) y 15 en contra (PP).

En octubre el texto aterrizó en el Congreso. Allí cayó en manos de Alfonso Guerra, como presidente de la Comisió Constituional, que lo esperaba armado con un cepillo, del cual no dudó a vanagloriarse. El PSOE ya había anunciado que presentaría enmiendas. También presentó al PSC.

El recorrido por la Cámara baja provocó nuevas tensiones y más recortes. También una reunión de seis horas un sábado, 21 de enero, en la Moncloa entre Zapatero y los responsables de CiU, Artur Mas y Josep Antoni Duran, para cerrar flequillos, entre los cuales, el término nación del preámbulo.

Se rompe el tripartito

Finalmente, el Estatuto se aprobó al pleno el 30 de marzo del 2006, pero por el camino las renuncias aceptadas provocaron que ERC votara en contra del texto final en el Congreso. El Estatuto se votó con el apoyo de PSOE, CiU, ICV, IU, PNV, CC y BNG y el voto en contra de PP y los republicanos, mientras que EA, NB y Chunta Aragonesista se abstuvieron.

En Catalunya, el voto en contra de los republicanos provocó una crisis de Gobierno. Maragall destituyó a los seis consellers de ERC y el acuerdo entre socialistas y republicanos saltó por los aires.

En Madrid, el PP después de una agresiva campaña que incluía mesas petitorias por las calles de España, presentó al Congreso una proposición con más de 4 millones de firmas pidiendo que el Estatuto se sometiera a referéndum en toda España.

El 18 de junio del 2006 se aprobó el Estatut en referéndum con una participación que no llegó al 50% y con un apoyo del 73,90% de los votos.

El PP anunció a finales de julio del 2006 un recurso contra 114 de los 223 artículos, 9 disposiciones adicionales y dos finales. El 20 de julio el Estatut entró en vigor una vez fue publicado en el DOGC y al BOE y a finales de septiembre el TC admitió a trámite el recurso. También recurrió en contra el Defensor del Pueblo y las comunidades de Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, Murcia y La Rioja.