Junts per Catalunya se desmarca. Desde su cuenta oficial de twitter, la formación ha manifestado este miércoles su rechazo a los gritos que se han oído esta misma mañana durante el acto que ha conmemorado los cinco años desde el atentado del 17 de agosto de 2017. Y es que, como cada año, en el lugar donde la furgoneta se detuvo durante su recorrido por la Rambla, familiares de las víctimas y representantes políticos se han reunido para homenajearlos y realizar una ofrenda floral en recuerdo de los 16 muertos y las decenas de heridos.

En esta ocasión, sin embargo, el acto ha contado con otros protagonistas sorpresa. Y es que en uno de los laterales, a pocos metros del espacio donde se hacía el acto, se han reunido cerca de un centenar de manifestantes que han querido evidenciar su descontento con las investigaciones que se han hecho hasta ahora sobre los atentados. Entre otras incógnitas, todavía planean las declaraciones del excomisario José Manuel Villarejo, en las que afirmaba que el CNI quería dar un "pequeño susto" a Catalunya antes del referéndum del 1 de octubre. Ante esta información, que en ningún momento se ha llegado a resolver, los manifestantes han proferido algunos gritos al inicio del acto y durante la lectura del parlamento para reclamar saber "toda la verdad" de los atentados. También han mostrado carteles en qué se leía 'Exigimos responsabilidades' y 'Falsa bandera'.

Unos instantes después ha empezado el minuto de silencio, que inicialmente se ha podido hacer sin problemas, pero al cabo de unos segundos uno de los manifestantes ha roto el silencio para recordar las palabras de Villarejo sobre el "pequeño susto" a los catalanes, y ha añadido con un fuerte grito que "el Estado español es un Estado de asesinos". Otros manifestantes se han sumado y pronto se han reiniciado las proclamas críticas con el Gobierno. Estas también se han dirigido directamente a algunos representantes políticos, entre los cuales había la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el president de la Generalitat, Pere Aragonès; y la presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs. Ha sido precisamente Borràs quien, una vez ha acabado el acto, se ha acercado para saludarse con algunos de los manifestantes que le han querido compartir su calor.

Pero a pesar de esta muestra de apoyo, la formación ha querido dejar claro que no ha visto bien la forma en que los activistas se han expresado, ni el contexto en que lo han hecho. Ante los hechos, Junts per Catalunya ha señalado su disconformidad con el incidente. "Junts reitera su apoyo a las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils y sus familiares", ha afirmado la formación por Twitter. "Por este motivo, queremos expresar el más enérgico rechazo a la interrupción del minuto de silencio de hoy en la Rambla de Barcelona". Por su parte, el diputado de Junts Francesc de Dalmases, desde una posición diferente, ha compartido un vídeo de la presidenta suspendida y le ha dado las gracias por estar en el acto de homenaje. 

Jordi Sànchez y ERC, también en contra

El ex secretario general de Junts Jordi Sànchez se ha pronunciado en una línea similar, lamentando los hechos y afirmando que "no tendría que haber habido ningún protagonismo más que el de los familiares de las víctimas". "No era el lugar ni para romper el minuto de silencio ni el momento para buscar protagonismos políticos. ¡Así no!", ha manifestado por Twitter. Y el líder de Esquerra Republicana en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, también ha utilizado las redes sociales para tildar de "miserable" no haber respetado el minuto de silencio. "Y sacar rédito político es despreciable. No en mi nombre", ha añadido con contundencia.