Aunque el Pleno del Parlament ha aprobado por mayoría absoluta el dictamen que mantiene el escaño al diputado de la CUP y secretario tercero de la Mesa, Pau Juvillà, no todo el mundo lo ha visto con buenos ojos. Junts, ERC y los cupaires han conseguido sacar adelante el documento aprobado ayer por la Comisión del Estatuto del Diputado con el apoyo de los Comunes, pero el PSC, Vox, Ciudadanos y el Partido Popular han manifestado, una vez más, su disconformidad con el texto aprobado. De hecho, la portavoz del grupo socialista, Alicia Romero, se ha atrevido incluso a evidenciar su rechazo a la decisión del Pleno afirmando: "Nunca como en estos días el Parlament nos había avergonzado tanto".

De esta manera, el PSC ha evidenciado nuevamente su cambio de postura en relación con el caso Juvillà. Si el pasado 16 de diciembre los socialistas se aliaban con los partidos independentistas y los Comunes para aprobar un dictamen en el cual se defendía que la condena al diputado anticapitalista no se ejecutaría hasta que fuera firme, hoy han hecho todo el contrario: el PSC ha votado en la misma línea que la derecha españolista de Vox, Ciudadanos y el PP en contra del dictamen de ayer que ampara Juvillà.

Sin embargo, Romero ha cargado contra los independentistas, acusándolos de no ser "sinceros" con ellos mismos, pero tampoco con la sociedad. "El público ya no se lo cree, están cansados de tanta falsedad", ha dicho. Y sobre la propuesta de la Mesa del Parlament de detener la actividad de la Cámara catalana, ha afirmado que están representando un "espectáculo de baja calidad, con un mal guion, peores actores y un pésimo escenario." También ha afirmado durante el Pleno para aprobar el dictamen que la decisión de la Junta Electoral Central de retirar el acta de Juvillà "es clara y con antecedentes claros", en referencia a la situación en que se encontró el expresidente de la Generalitat Quim Torra hace poco más de un año. "¿Qué ha cambiado?", se ha preguntado.

Vox pide suspender la autonomía

Con respecto al líder de Vox en Catalunya, Ignacio Garriga, ha acabado su intervención con el mensaje más duro, reclamando una vez más "suspender la autonomía" catalana. También ha cargado contra los socialistas, a quien ha considerado cómplices de los partidos independentistas en su camino hacia "la ruptura, la división y la desobediencia", por lo que ha asegurado que a la ultraderecha le toca asumir el liderazgo de la oposición. Garriga también se ha dirigido directamente a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, a quien ha amenazado con una querella de Vox si no cumple la sentencia de la JEC y retira el escaño de Juvillà.

Ciudadanos contra el PSC

Ciutadans, como ha hecho Vox poco antes, también ha aprovechado la oportunidad para atacar a los socialistas, a quienes ha recordado que inicialmente se habían puesto del lado de Juvillà: "Empezaron votando como los independentistas y ahora cambian totalmente de postura", ha dicho el líder de Cs a Catalunya, Carlos Carrizosa. Y, como Vox, también se ha dirigido a Borràs, acusándola de actuar de manera "Trumpista" destruyendo las instituciones desde dentro. Más allá, para dejar claro su mensaje principal, lo ha reiterado con énfasis: "Juvillà ya no es diputado".

En cambio, el líder del Partido Popular en Catalunya, Alejandro Fernández, ha estado más breve y menos creativo, ya que la mayoría de los argumentos han sido aprovechados de sus declaraciones de ayer. Como novedad, ha lanzado un dardo a Borràs, acusándola de hacer gala "de una combinación de arrogancia e infantilismo" para creer que está por encima del bien y del mal y no querer asumir las consecuencias de sus actos. Y también la ha atacado por la propuesta de detener la actividad institucional: "15 días de vacaciones quería a su majestad Borràs, eso sí, cobrando. Vaya cara".

Juvillà y la CUP no votan

Aunque los grupos independentistas y los Comuns han logrado aprobar el dictamen en el Pleno, la sesión no ha sido sin sorpresas. Nada más empezar, Laura Borràs ha informado que el diputado de la CUP Pau Juvillà no tendría derecho a voto, aunque los cupaires habían solicitado su delegación horas antes. Ante esta situación, le tocaba a Borràs decidir si aceptaba o no esa petición, y hasta el último momento no se ha aclarado. Finalmente, ha sido Vox quien ha preguntado a la presidenta sobre la cuestión, y ella ha respondido: "La delegación de Pau Juvillà no consta en las delegaciones de voto que hemos aceptado para este pleno".

La decisión ha caído como un jarrón de agua fría para la formación anticapitalista, que está aumentando la tensión y alejándose de Borràs por esta cuestión. Ayer la CUP explicó a su militancia que se había ofrecido a presidir el Parlament para asumir las consecuencias judiciales derivadas de mantener el escaño de Juvillà, y hoy la diputada Eulàlia Reguant, tras conocer que no se le aceptaba la delegación de Voto, ha anunciado que no votarían al dictamen como protesta.