El delito de rebelión de que está acusado Carles Puigdemont por el Tribunal Supremo español no tendría efectos inmediatos en Alemania. Según el procedimiento habitual de las euroórdenes, una vez recibida la petición de detención, las autoridades alemanas tendrían que revisar los delitos por lo que el Supremo lo quiere procesar y ver si tienen equivalencia en su Código Penal.

En el caso de Alemania, sí que habría un delito equivalente a su Código Penal, el delito "de alta traición contra la Federación", pero este sólo se aplicaría en casos en que se hubiera actuado con violencia. En este caso, la acusación estaría penada con un mínimo de 10 años de prisión.

El artículo 81 sobre el delito de alta traición en la Federación dice que "quién intente con violencia o por medio de amenaza de violencia perjudicar la existencia de la República Federal de Alemania o cambiar el orden constitucional que se basa en la Constitución de la República Federal de Alemania, será castigado con pena privativa de la libertad para toda la vida o con pena privativa de la libertad no inferior a 10 años"

Por otra parte, el Código Penal alemán también contempla el delito de "traición contra un Estado" que persigue los intentos de agregar o separar un territorio del país. No obstante, en todos los casos tan sólo se podría acusar de los delitos en casos que existiera "violencia e intimidación".

Alemania es uno de los países europeos con una restricción más dura por lo que hace el delito de rebelión y comparte una normativa similar a la española. En cambio, la legislación belga no contempla este delito.

Los plazos de extradición podrían ir de entre los 10 a los 60 días. Según recoge la legislación europea, si la persona detenida manifiesta su consentimiento de entrega en su país, esta sería efectiva en un plazo de 10. En cambio, en los altres casos, la decisión definitiva sobre la ejecución de la euroorden tendría que realizarse en un plazo máximo de 60 días después de la detención.

Puigdemont ha sido retenido cuando atravesaba la frontera alemana en coche desde Dinamarca rumbo a Bélgica, país donde tiene fijada su residencia. A estas alturas, el presidente permanece retenido por la policía de Alemania, a la espera de que se practiquen las "comprobaciones" oportunas en relación con la orden de detención que tiene pendiente.