"La falsa alarma de Catalunya y Piketty", así es como se titula un extenso artículo del diario económico francés Les Echos (perteneciente a la multinacional británica Pearson), dedicado a contradecir la teoría de que el independentismo tan sólo favorece a una clase social alta, tal como defiende el economista francés Thomas Piketty.

Según este especialista, "la demanda de independencia de Catalunya la hacen las clases acomodadas, que rechazan la solidaridad con las regiones más pobres". Una tesis que contradicen la presidenta de la ANC Elisenda Paluzie y su coordinador en Francia, el abogado Ignasi Fortuny.

Los argumentos son los siguientes: de entrada, los recursos per cápita en Catalunya se sitúan por debajo de la media nacional después de la redistribución del Gobierno. Algunos ejemplos prácticos que explica Les Echos: "La mayor parte de la infraestructura en España es competencia del Estado, carreteras, trenes, puertos y aeropuertos".

Sin embargo, el estado español gasta muy poco en Catalunya, "en torno a un 9% del gasto total en una población de un 16% y un PIB del 19%". Otro: "El TGV sólo llegó a Barcelona en el 2008, cuando previamente se habían construido miles de kilómetros de pista inútil".

las echos

Y todos los argumentos que se defienden hacen compatible una Catalunya independiente con el sueño de Piketty, que, en última instancia, es el de construir una Europa federal y unida. Precisamente por eso, Paluzie afirma: "Con mucho gusto contribuiría a un sistema federal real, basado en principios de equidad".

Esta división de clases que argumenta el economista francés también se ha negado por otros economistas españoles como Maza, Villaverde y Hierro o el politólogo Pardos-Prado, que explican que el apoyo a la independencia depende del lugar de nacimiento, la lengua más usada y el nivel de educación. Variables presentes en las que no citan, en ningún caso, la de los ingresos.