El estado español viene de vivir una macrojornada electoral este pasado domingo 28 de mayo y ya se prepara para la siguiente el próximo 23 de julio. El domingo a las 20 h cerraban los colegios electorales después de las elecciones municipales y, en algunos casos, autonómicas y empezaba el escrutinio. Esta es una situación que siempre genera nervios entre los ciudadanos y, sobre todo, entre los políticos. Los resultados electorales no solo dictan quién será alcalde o presidente, también sirven para tomar la temperatura de la ciudadanía y poder vaticinar cómo serán los próximos comicios, en este caso los generales, que se esperaban este 2023 pero a finales de año.

El presidente del Gobierno anunció el adelanto de las elecciones generales para el próximo 23 de julio, después de asumir personalmente la derrota electoral sufrida este domingo por el PSOE en las elecciones autonómicas y municipales. En una declaración institucional sin preguntas en La Moncloa, Sánchez informó de que ha hablado con el Rey Felipe VI para comunicarle la convocatoria de un Consejo de Ministros extraordinario y la disolución de las Cortes. "Asumo los resultados", ha dicho el presidente del Gobierno, que ha optado por someter por el "mandato democrático la voluntad popular". ¿Pero cómo se tomó esta decisión? Qué se vivió las horas previas al anuncio del líder del PSOE?

El diario.es explica este martes que, sobre las 22 h de la noche electoral del domingo, La Moncloa ya asumía el desastre de los resultados al ver que perdían diversas grandes capitales y comunidades autónomas y pasaban a manos del PP. El digital explica cómo Sánchez seguía los resultados desde su despacho en La Moncloa y lo hacía acompañado de su director de gabinete, Óscar López, y de su director adjunto, Antonio Hernando. La situación era de desolación, ya que los socialistas no esperaban unos resultados tan malos.

"Recogemos el guante"

Cuando se acercaba la medianoche, la portavoz de la Ejecutiva Federal, Pilar Alegría, comparecía y pronunciaba las siguientes palabras: "Recogemos el guante, entendemos el mensaje y desde ya nos ponemos a trabajar para hacer las cosas mejor". Este mensaje iba en la línea de los que recibieron a otros altos cargos socialistas: la respuesta pública tenía que ser contundente y tenía que dejar claro que el PSOE asumía responsabilidades. A la hora de la comparecencia de Alegría todavía no se había decidido anticipar las elecciones.

Ya de madrugada se tomó la decisión, según relata el citado medio, tanto desde La Moncloa como desde el partido, se tuvo claro que no tenía sentido esperar a diciembre (cuando tocaban las elecciones) y que había que adelantar los comicios. A altas horas de la madrugada el partido recibió la llamada con el anuncio.

Altos cargos del PSOE llamados de madrugada

María Jesús Montero, Félix Bolaños y Santos Cerdán fueron convocados a La Moncloa de madrugada, donde se les comunicó la decisión. No todo el mundo lo vio claro de primeras, pero tampoco se debatió, la decisión estaba tomada. Sánchez y su equipo explicaron a los asistentes a la reunión que el movimiento no era tirar la toalla, sino que era un último intento por evitar el naufragio: "Ganar o morir".

Desde La Moncloa explican que la decisión es táctica y estratégica y recuerdan que Sánchez ya lo dijo en rueda de prensa: "El sentido del voto traslada un mensaje que va más allá de aquello municipal y autonómico". De hecho, desde el PSOE indican que la primera finalidad del anuncio es poner fin de manera precipitada a la "fiesta" de la derecha y la ultraderecha. "Ahora se hablará de elecciones, de decidir el futuro del país", añaden.