La crisis diplomática entre Francia y España, después del documento de 41 senadores franceses a favor del procés catalán y de los presos políticos, no deja de crecer. El presidente del Tribunal Supremo español y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, ha expresado una queja formal al presidente del Senado francés, Gérard Larcher, y ha negado que exista una persecución de los políticos independentistas.

Lesmes califica literalmente de "inadmisible" que se diga que en España se reprime a representantes políticos por sus opiniones. "Es manifiestamente contrario a la verdad y resulta totalmente inadmisible señalar la existencia en España, y más concretamente en el Tribunal Supremo, de una situación de represión de representantes políticos en razón de sus opiniones", añade.

El presidente del Supremo afirma que en España "existen partidos abiertamente independentistas que concurren a los diferentes procesos electorales desde hace más de 40 años con absoluta libertad y normalidad, sin que nunca se haya abierto un procés penal contra sus dirigentes, militantes o votantes en razón de sus ideas y opiniones políticas, cuya legitimidad está, amparada por la misma Constitución española".

Lesmes asegura al presidente del Senado francés, que sólo se están juzgando "actuaciones atribuidas a los acusados y realizadas en el ejercicio de sus responsabilidades públicas, actos que podrían ser constitutivos de delito, sin que en ningún caso se estén juzgando ideas u opiniones".

En un tono que evidencia malestar, el presidente del Supremo indica que le es "especialmente doloroso recordar que en España se respetan escrupulosamente los postulados del Estado de Derecho". Añade que la declaración de los 41 senadores ha causado un "malestar profundo" en el Supremo. En su opinión, representa "una descalificación de nuestra actuación como jueces y de la misma democracia española en su conjunto, cuando esta descalificación se basa en unos hechos que no se corresponden con la realidad y que son fruto de la propaganda y de la desinformación interesada".

Lesmes indica también la coincidencia que han tenido España y Francia "en las últimas décadas", en la construcción europea y "en la confianza mutua".

El documento

Este es el documento que han suscrito los 41 senadores franceses y que ha abierto la polémica.

"Nuestro país está cerca de España y de su gran región, Catalunya, con la que compartimos una larga historia.

Como europeos y como franceses, estamos preocupados por los graves acontecimientos que se han producido en Catalunya. En el momento en que tiene lugar el juicio ante el Tribunal Supremo español contra antiguos miembros de la Generalitat de Catalunya, la expresidenta del Parlament de Catalunya y líderes de las asociaciones catalanas, nosotros, miembros del Senado de la República:

  • pedimos respeto a los derechos y libertades fundamentales en Catalunya, sin, por descontado, interferir en los problemas políticos de un país vecino y sin tomar partido en la cuestión de la independencia de Catalunya;
  • denunciamos la represión sufrida por los representantes políticos de la Generalitat de Catalunya legítimamente elegidos, encarcelados o forzados a exiliarse por sus opiniones en el ejercicio de los mandatos que los electores les encomendaron;
  • constatamos que esta situación es un verdadero ataque contra los derechos y las libertades democráticas;
  • lamentamos que la gravedad de esta situación esté subestimada en nuestro país;
  • pedimos que Francia y los países de la Unión Europea intervengan para restablecer unas condiciones de diálogo que permitan encontrar soluciones políticas a un problema político."