"No podemos esperar más, cada vida cuenta". Con estas palabras, el primer ministro del land alemán de Baviera, Markus Soeder, ha anunciado desde Munich el decreto de confinamiento de todos sus ciudadanos con independencia de las órdenes que lleguen del gobierno central alemán: "Se cierra la vida pública en Baviera". La decisión de Soeder se avanza en la reunión que tenían que tener este fin de semana los 16 länder o estados federados.

Hay que recordar que la canciller Angela Merkel tan sólo ha ordenado el cierre de establecimientos comerciales excepto en el sector de la alimentación y las farmacias. Pero no ha pedido a sus ciudadanos confinarse más allá de algunas recomendaciones como el cierre de los centros educativos y alguna restricción en los horarios del sector hotelero y los viajes turísticos de forma temporal.

Ahora bien, tampoco esconde su preocupación y ha comparado esta pandemia con la gravedad que se vivió en la Segunda Guerra Mundial. En paralelo, la medida del presidente Soeder hace que el land de Baviera rompa con las órdenes del estado federal alemán.

El confinamiento decretado permite pasear en solitario o con la familia pero no se podrán abrir los restaurantes, excepto el servicio a domicilio y los encuentros colectivos quedan totalmente prohibidos. Esta medida empieza a la medianoche con el ausgangssperrei, tal como se conoce el toque de queda. Y, de momento, se alargará dos semanas.

Baviera fue el land donde se registró el primer caso de coronavirus en Alemania. Una trabajadora de una empresa de piezas de automóvil procedente de China contagió a 14 personas que ya han recibido el alta. A pesar de todo, el land que cuenta con más casos positivos es el Rin del Norte-Westfalia. En todo el país, Alemania ya suma 13.957 casos confirmados y 17 muertos.