El objetivo del Govern es reducir un 50% la población de jabalíes en Catalunya. Así lo ha avanzado el conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, en el Parlament, donde este miércoles  comparece en comisión para dar explicaciones a los grupos parlamentarios sobre la crisis provocada por la peste porcina. Según el conseller, la población de jabalíes en Catalunya es de 150.000 ejemplares de promedio, pero podría llegar a los 180.000.

Ordeig ha explicado que el Govern prepara un informe sobre cómo actuar para reducir la población de jabalíes, mediante capturas, cacerías, trampas o cualquier otro método al alcance, y en colaboración con los ayuntamientos afectados. La población de jabalíes se concentra de manera especialmente alarmante en determinadas zonas donde serán necesarias actuaciones más "drásticas", como la Catalunya Central, Alt Pirineu o Girona.

Sin prejuicios o sesgos ideológicos

El conseller, que ha reclamado acabar con prejuicios y sesgo ideológico con relación a este tema, ha recordado que la presencia de animales en las carreteras es una de las principales causas de accidentes y que 9 de cada 10 son provocados por jabalíes. La consellera de Interior ha explicado en la comisió que ya se está actuando en este sentido en zonas de fuera del perímetro de 20 km, con trampas y armas de fuego.

Al comenzar la comparecencia, el conseller ha explicado que el martes por la noche se terminaron de hacer las PCR en las 16 granjas dentro del radio de seguridad que faltaban por analizar y que, una vez completados los análisis, se ha confirmado que de los resultados de las 55 granjas que hay dentro del radio de 20 km son negativas y, por lo tanto, la enfermedad no ha entrado en circuito comercial. Además, ha explicado que semanalmente se harán PCR a todas las granjas para comprobar que no hay ningún cambio.

Obras en el CReSA

En cuanto a las informaciones que apuntan a que el virus se hubiera escapado a raíz de obras en el IRTA-CReSa, la conselleria ha restado importancia a esta posibilidad con el argumento de que se trata de una ampliación de las instalaciones con la construcción de un nuevo edificio y en estos momentos las obras se encuentran en la primera fase inicial, "limitada únicamente a trabajos previos de preparación del terreno y urbanización del entorno", y está en manos de una empresa especializada en biocontención. "No se está actuando ni en el edificio de bioseguridad ni en ninguna de las instalaciones operativas del IRTA-CReSA", aseguran, a pesar de apuntar que ha habido una única incidencia a raíz de un corte puntual en el suministro de gas, que ha tenido como consecuencia una afectación al sistema de seguridad y "en ningún caso" ha afectado la seguridad ni la actividad de investigación

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