La posible implicación de exaltos cargos del PP o, incluso, del rey Juan Carlos I en el caso Pujol está trayendo cola a la fiscal Belén Suárez y al juez José de la Mata, que han abroncado a los policías que participaban en la investigación para aportar pruebas de "estar por casa", así como esconder información confidencial.

Así lo revela un audio de una conversación entre Suárez y un policía del caso publicado por El Mundo, donde se puede escuchar la bronca de la fiscal a este agente para ser incapaz de acreditar el origen de las pruebas, condición sine qua non para sacar adelante una investigación judicial.

Durante estos últimos meses, Suárez y de la Mata han sido los responsables de tomar declaración a los policías que habían intervenido en el caso y ahora tienen como objetivo aclarar su actuación porque observan algunas irregularidades y más todavía después que ayer saliera a la luz que un sector de la policía implicaba al rey emérito en el caso Pujol, aunque más tarde el periodista Ernesto Ekaizer desmintiera este vínculo.

Amenazas

Sin conseguir sacar nada claro, tanto la fiscal como el juez acaban abroncando a los policías y amenazándolos con emprender posibles acciones judiciales contra ellos si no aportan las pruebas solicitadas. Según su opinión, la información entregada por la policía podría ser fruto de un pirateo de los ordenadores de la familia Pujol y, también, de fuentes ilícitas que podrían contaminar todo el procedimiento.

Lo peor de todo es que ningún agente puede asegurar a ciencia cierta de donde proviene toda esta información. De hecho, ponen de manifiesto que tenían un disco duro donde iban volcando todo lo que encontraban y en el cual sólo tenían acceso tres personas. Llegados a este punto, De la Mata define el disco duro como de "estar por casa" por no haberse cumplido ningún protocolo y pregunta bajo la custodia de quien está. Pero no obtiene respuesta.

Entonces, vuelve a preguntar sobre quien tenía acceso, donde estaba ubicado el disco y si lo podía coger cualquiera. Pero aquí, el agente en cuestión ignora una parte de la pregunta y se limita a responder de que el disco duro estaba en un cajón.

¿Y el original?

Visiblemente molesta por la falta de respuestas, la fiscal entra al juego. "¿Yo pregunto, si eso era un disco duro que lo tienen ustedes en un cajón y que, hombre, allí había incluso información sensible, pero se tenía como a base de seguridad, dónde está el original de las grabaciones? ¿Quién tiene el original de estas grabaciones?", pide la fiscal al policía, que, delante de su muestra de confusión, continúa: "Estamos hablando de un disco duro que parece andar por casa con información sensible. Allí se grababa de todo y nadie sabe quién lo grababa. ¿Yo le pregunto, usted sabía qué contenía este disco duro, que usted guardaba en su mesa?

Sin -aparentemente- entenderlo, el policía se vuelve a mostrar confuso y obliga a la fiscal a explicarse mejor: "En un procedimiento judicial se obtiene una información, lo obtiene la policía y lo analiza la policía. Eso nos lo han explicado aquí todos los policías que han venido, que va a las bases de inteligencia de la policía. Eso es lo que nos dicen en un atestado, yo no me estoy inventando nada".

Y continúa: "Eso se va a una base de datos, una base de datos de inteligencia y entonces nos hace un atestado y nos analiza una información y nos dice que proviene de este procedimiento judicial y le decimos 'hombre, díganos Usted la ruta de donde está porque eso está en un procedimiento judicial que ha sido utilizado por la policía y, cuando preguntamos eso, todo es difuso. Dicen 'no, a mí me dieron un pendrive, no, a mí me lo dio el del lado', 'no es que eso era un pendrive que yo no vi nunca...'".