Leonid Bershidsky, editorialista de la plataforma de información económica Bloomberg, la más potente del mundo, ha salido hoy en defensa del posible voto de investidura de Carles Puigdemont desde el exilio y por vía telemática, remarcando que si se produce será una invención mundial. El título del artículo no deja lugar para las dudas: "¿Gobernar por Skype? Vale la pena intentarlo", señala. Es la primera vez que en un medio global aparece un posicionamiento tan claro a favor del gobierno de Puigdemont desde el exilio.

"El Parlament catalán está considerando lo que podría ser el experimento más emocionante de la política moderna: el intento de formar un gobierno en el exilio que gobierne", señala Bloomberg. Realmente no existe ningún precedente de esta situación, ya que hasta ahora los gobiernos en el exilio siempre eran ejecutivos derrocados y sin capacidad de actuación sobre el territorio de origen.

Según el artículo de Bloomberg, "es hora de que alguien intente dirigir un país, o al menos una región grande y económicamente importante, a distancia". Recuerda que el presidente de EE.UU., Donald Trump, viaja con frecuencia a su propiedad de Mar-a-Lago (Florida) y que gobierna desde allí con normalidad. "¿"Dónde está de verdad la Casa Blanca?", se pregunta.

"Quizás este ejemplo [el de Trump] no sea inspirador, pero la cuestión está clara: quizás ya es un poco anticuado esperar que un dirigente político esté físicamente con su pueblo". En su opinión, si consideramos positivo ser gobernados a distancia habitualmente [con la política representativa] "¿por qué los políticos no deberían poder hacer el trabajo desde donde estén?". "Un presidente de gobierno, que está de guardia noche y día, se puede decir que pasa tanto rato trabajando desde la oficina como desde otros lugares", argumenta.

El artículo analiza que esta práctica es más fácil de aplicar en política que en los negocios, porque impera la orden de mando y la autoridad. Y apunta que además entre Barcelona y Bruselas la distancia no es muy grande [Bloomberg se lo mira desde EE.UU.]. "La distancia entre Bruselas y Barcelona no se tan grande como para que se tengan que eliminar totalmente las reuniones físicas, pero sí que lo es para asegurar que sólo se celebren las reuniones más importantes", subraya.

El texto asegura que ha llegado la hora de "desmitificar" la idea de gobierno, porque no requiere una presencia física siempre fija en el mismo lugar, e insiste en que la idea de la administración a distancia se tiene que probar. El articulista sólo matiza que el próximo president catalán debería tener en cuenta también otros conceptos, como "hablar de forma constructiva con Madrid" y dialogar con la población unionista. Matiza que eso sí que no se puede hacer desde Bruselas.