La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, ha presentado su dimisión al cargo tras las informaciones aparecidas en los últimos días sobre la financiación ilegal de esta formación política. Aguirre ha comparecido en la sede de la calle Génova ante los periodistas a las 14.22 horas en una convocatoria que no estaba anunciada. Sola, y con la cara tensa, ha anunciado su decisión en una rueda de prensa en la que ha intentado desmarcarse de la trama corrupta.

Rueda de prensa

Aguirre ha presentado su dimisión ante "la gravedad de las informaciones" aparecidas en los últimos días, relacionadas con el PP de Madrid, unas informaciones que ha dicho que "habrá" que confirmar y calibrar". Asegura que dimite por "responsabilidad política" aunque las noticias "no tienen por qué ser absolutamente ciertas". Alega que no le consta que hubiera financiación ilegal. Además, ha asegurado que ella no tiene ninguna "responsabilidad material en los hechos" y que no podrá ser perseguida por ellos, pero que dimite porque "la gente quiere gestos". Ha dicho que, como presidenta, no tenía participación en las decisiones en cuestiones económicas, ya que había responsables específicos en esta área, aunque ha apuntado que, como presidenta, tal vez tendría que haber estado al corriente de estos asuntos. Según Aguirre, la corrupción "está haciendo un daño enorme a todos los partidos políticos" y ha apuntado que otros la tienen también.

Por sorpresa

El viernes, Esperanza Aguirre compareció ante la comisión de investigación sobre la corrupción política en la Asamblea de Madrid. Apareció muy segura de sí misma, y afirmó que contaba con el apoyo de la dirección nacional del PP. En esta ocasión, mostró su apoyo firme a los exconsejeros Lucía Figar y Salvador Victoria, investigados por la Trama Púnica. 

El mismo viernes Rajoy, preguntado sobre Aguirre, reaccionó con irritación, asegurando que "no había ninguna acusación contra ella sobre nada" y que "no se puede condenar a la gente sin saber de qué se le acusa".

Aguirre, antes de dimitir, sólo ha comunicado su decisión a Mariano Rajoy. Pero, de hecho, Aguirre tenía los días contados, porque desde la pérdida del municipio de Madrid se había previsto un congreso extraordinario del partido, donde ella tendría que haber dejado su cargo.

Red Púnica

Los hechos se han precipitado desde que el jueves se registró la sede de la organización madrileña del PP por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco. Se trataba de investigar si los pagos de la trama Púnica sirvieron para financiar ilegalmente a la formación. Pero no está nada claro que Aguirre, que se define como "Madrileña. Liberal. Patriota", esté desvinculada a la Púnica. Y sus compañeros de partido temen que su implicación pueda salpicar a un partido ya muy tocado.

Gestora de emergencia

Ante la dimisión de Aguirre, la dirección nacional del PP ha decidido que el PP de Madrid quedará bajo mando de una comisión gestora, que conducirá el partido hasta la celebración del congreso regional. Pero Aguirre seguirá dirigiendo el grupo municipal del PP de Madrid, ya que mantiene los cargos en este ámbito.

Rajoy: "Te entiendo"

La reacción de Mariano Rajoy ante la dimisión de Aguirre no podía ser más lacónica: "Te entiendo", le ha comunicado. Ciudadanos se ha querido apuntar el mérito de la dimisión de Aguirre. Albert Rivera, en un tuit, ha asegurado que el motivo de la decisión de Aguirre ha sido la comisión de investigación impulsada por Ciudadanos en la Asamblea de Madrid. Íñigo Errejón se ha pronunciado en el mismo sentido, pero asegurando que la comisión la ha impulsado Podemos. Pero Errejón ha sido más crítico que Rivera: "Esperanza Aguirre quiso ser Thatcher pero acabó como Nixon: dimitiendo ante el acoso de su corrupción" y ha añadido que es necesario que deje también sus cargos del Ayuntamiento de Madrid.

Nuevo viejo escándalo

La Trama Púnica se destapó en octubre del 2014, y se saldó con la detención de muchos hombres políticos y empresarios. El más destacado de todos ellos era Francisco Granados, la mano derecha de Esperanza Aguirre en el PP madrileño (en realidad, el nombre Púnica viene del nombre científico de la granada, en referencia a Granados). Una empresa tenía un papel destacado en la trama: Cofely, la filial española del grupo energético francés GDF-Suez. Esta compañía obtuvo concesiones de sistemas de eficiencia energética o de climatización de numerosas instituciones, presuntamente a cambio de comisiones (desde Ministerios hasta Ayuntamientos, pasando por delegaciones de la Agencia Tributaria). La mayoría de estos contratos eran de bajo presupuesto y, por lo tanto, muchos de ellos fueron adjudicados directamente, sin concurso. Aunque la mayoría de políticos implicados en el escándalo pertenecían al PP, había también dos del PSOE y uno de Izquierda Unida, todos ellos del Ayuntamiento de Parla. Pese a las investigaciones judiciales, varias instituciones siguieron estableciendo contratos con Cofely y con otras empresas implicadas en el caso. Pero el relevo en el Ayuntamiento de Madrid ha facilitado las investigaciones. La alcaldesa Carmena ha cuestionado algunas decisiones tomadas en 2006 por su Ayuntamiento en contra de la opinión de la intervención y ha facilitado documentación a los tribunales sobre el caso. Todo ello, ha dinamizado las investigaciones.

 

(FOTO: Aguirre en la comparencencia ante la prensa en que ha anunciado la dimisión / EFE)