¿Qué hacemos nosotros aquí hoy? Se preguntó el director artístico Graham Vick, Birkenhead 1953, ante un auditorio de 80 personas reunidas en una sala de ensayos del Palau de les Arts de València. ¡Vivir una nueva experiencia! respondió una voz de entre los presentes. Así se inicio el encuentro que este director de ópera inglés mantuvo con quienes serán los figurantes anónimos, y sin experiencia teatral previa, en su nuevo montaje de La Flauta Mágica de Mozart que este director, conocido por sus puestas en escena experimentales y revisionistas de óperas tradicionales y modernas, estrenará el próximo mes de diciembre.
“Llevo más de 40 años en este mundo y le he visto cambiar mucho. Y tambiénehe conocido a muchas personas que han entendido el derecho de hacer propias las cosas. He interiorizado esta manera de trabajar por que la ópera es mi pasión y considero que cada ciudadano tiene el derecho y debería ir al teatro” Mi vida, explicó Vick a los asistentes, ha tenido dos partes, y estoy tratando de unirlas. Por un lado, una parte muy buena, La Scala, el Metropolitan, París…pero en paralelo, desde hace 30 años, trato que la ciudadanía experimente con el teatro, creando, así, una democracia”.
“Para que la lírica tenga sentido, ha de comunicar”
Con esta iniciativa de puertas abiertas, Vick propone una acción social para establecer una vía de conexión entre el Palau de les Arts y la ciudad de València, “una invitación que brinda la oportunidad de conocer los entresijos creativos de una ópera, a la vez que aportan las propias historias y se escuchan las de otros”
Graham Vick es actualmente es director artístico de la Birmingham Opera Company, y en este escenario desarrolla apuestas experimentales.” Para que la lírica tenga sentido, tiene que comunicar con todos y mi idea es que este mensaje os cale profundamente en cada uno de vosotros”, les dijo a los candidatos, personas entre 18 y 110 años, dispuestas a comprometerse con un calendario de ensayos de lunes a viernes durante un mes y cuyo esfuerzo culminará al mostrarse ante mil personas durante las representaciones que se celebrarán el próximo mes de diciembre.
Jubilados, amas de casa, personas en paro, profesoras de música, trabajadoras sociales… en total sesenta personas formarán el grupo de figurantes de la obra. “Para los profesionales del sector, dice Vick, trabajar con ciudadanos es un reto que merece la pena asumir”
“En Birminghan hay gente del islam, afro… todos van al teatro y les gusta cantar historias. Yo experimento con los vecinos de la ciudad para crear una conexión, aunque al principio tuve que invitar personalmente a muchas personas que nunca habían tenido contacto con el teatro con la idea de que cada uno llevaría con él a sus amigos o familiares”.
Fusión de materia humana cruda con la sofisticación artística
Hay dos películas destacadas en la historia del cine que poseen una tensión creativa similar: La batalla de Argel de Gillo Pontecorvo, y El árbol de los zuecos, de Ermanno Olmi. En ambas producciones, casi todo el elenco está compuesto por ciudadanos locales, atores no profesionales. “Esta fusión de la materia humana cruda con la sofisticación artística, en ocasiones excesivamente oscura, es el eje de este viaje”
El director británico añade que la cultura puede ser demasiado culta pero el mensaje sigue siendo humano, reconocible y claro. “La idea original del teatro es comunicar y hacer llegar a las ciudades las historias que se representan. Todo comenzó en una agitada ciudad de provincias italiana, Macerata, y su alcance ha tenido un hondo calado en la población. Estoy deseando desarrollar un trabajo que nos implique con las experiencias de los ciudadanos de València e impaciente por ver a dónde nos llevan sus historias. Es el momento de abrir nuestras puertas, nuestras mentes y nuestros corazones”
La obra será en italiano, pero cada uno hablará su lengua
La representación de La Flauta Mágica de Mozart, en el Palau de les Arts de València tendrá, además, la singularidad de ser la primera vez que Vick dirija esta producción en un espacio cerrado tras su estreno al aire libre en Macerata el pasado verano. “Tendré que reinventar muchísimas cosas, primero convencer al teatro de cantar la obra en italiano, pero haremos algo muy divertido en el que cada uno hablará su lengua”, dijo dirigiéndose a sus futuros figurantes.
Mozart, según Vick, “fue un idealista que creyó en la posibilidad de que pudiéramos mejorar como personas, que necesitamos un ideal. Y segundo, que las mujeres disfrutraran de los mismos derechos que los hombres. Algo muy sofisticado para su época”
La Flauta Mágica fue estrenada el 30 de septiembre de 1791 para el teatro popular auf der Wieden de Viena y no fue escrita para un público lírico. No es solo una parábola de la lucha entre el bien y el mal, de lo ridículo y lo sublime, de elementos masculinos y femenino. Es, sobre todo, una obra genial que reúne todas estas contradicciones ensalzando el amor por la verdad, la solidaridad mutua, la justicia, y tolerancia. Para muchos expertos es un cuento de hadas con diferentes lecturas; la más obvia es el triunfo del bien sobre el mal, la más profunda es el camino hacia la iluminación y el conocimiento. Aspecto este, acuñado por otros tantos conocedores de la obra del compositor vienés, que ven en La Flauta Mágica numerosas referencias y simbolismos con la masonería, logia en la que fue iniciado Mozart. “El silencio, dice Vick, es algo muy peligroso, si trabajamos el silencio, también entrenamos la habilidad para llegar al otro lado”
Uniremos muchas cosas que nos llevarán de la crítica a la diversión
No es de extrañar que Vick haya elegido esta ópera para transmitir su compromiso social. “Hay momentos que cantan solo los hombres, las mujeres lo intentan, pero no puede por que tienen la boca cerrada con cintas. Hay aspectos racistas en el texto que son irónicos y desafiantes a la vez, como cuando un personaje dice tu alma es negra como tu piel…Uniremos muchas cosas que nos llevarán de la crítica a la diversión. En la obra habrá dos niveles, uno idealista-heroico y otro divertido. Somos idealistas cuando vivimos según nuestro ideal”
“El objetivo es que el acercamiento a la ópera, les dijo a los voluntarios, os haga sintonizar con ella. Cuando se llega a construir esta unidad, se crea también la conexión con el público. Lo que vosotros sintáis es lo que comunicaréis; no es un código que se pueda analizar y decir esta es la verdad. Es como vuestro encuentro individual con una obra de arte. Es válido lo que uno siente e inevitablemente particular. Si acabas de divorciarte, la respuesta es diferente a si te acabas de casar. El arte es el diálogo que se establece con cada uno”