EEUU y Europa han firmado la paz en la guerra comercial que, con China de por medio, puede amenazar la economía mundial durante los próximos años. Donald Trump ha dado un giro radical a la crisis  al hacer fracasar el intento de Pekín de "enfrentar a todo el mundo contra el proteccionismo americano". Occidente se ha recompuesto. Mientras en China la incertidumbre aumenta como refleja un yuan en caída libre.

De las mismas, Wall Street y los mercados europeos (Ibex incluido) se han recuperado tras meses conteniendo la respiración al no conocerse el cuadro macroeconómico en que se desenvolverán las empresas.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y Trump acordaron el miércoles cero barreras arancelarias y cero subsidios a los productos industriales de ambas zonas, junto a la liberalización de productos alimenticios como la soja americana, manteniendo de momento los aranceles sobre los automóviles. Pero el objetivo va más lejos. Se "trata de ir hacia cero aranceles" entre ambas partes.

Esto ha ocurrido una semana después de que en Pekín se celebrase la 20 Cumbre China-UE con el primer ministro Li Keqiang como anfitrión de un encuentro con Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, y Jean-Claude Juncker. "Esta cooperación arrastrará la nueva dinámica de crecimiento para el mundo puesto que las dos partes se oponen formalmente al proteccionismo", afirmó a su clausura el Ministerio de Comercio chino.

A esta declaración, el ex asesor principal de la Casa Blanca Steve Bannon  respondió en la CNBC que "Trump sabe que necesita unir a Occidente contra el ascenso de una China totalitaria". 

Todo se ha precipitado estos días. "El aparato judicial de China debe prepararse para un posible aumento de bancarrotas", advirtieron los medios estatales chinos. ."Es difícil predecir cómo se desarrollará esta guerra comercial y en qué medida ", señaló el People´s Court Daily. "Pero una cosa es segura: si Estados Unidos impone aranceles a las importaciones chinas de hasta 500.000 millones de dólares, muchas empresas chinas irán a la bancarrota".

En Pekín, la Comisión planificadora estatal NDCR prometió el miércoles prevenir a gran escala las pérdidas de empleo. La NDCR indicó a su vez que aumentaría sus esfuerzos para animar a trabajadores emigrantes de las ciudades a volver a las áreas rurales.

 El proyecto de la Ruta de la Seda, que representa la gran vía para el renacimiento del Imperio del Centro, ha sufrido un descenso interanual del 36% en los compromisos de inversión. 

Para mantener una confianza a la baja, las políticas fiscales, monetarias y crediticias se han suavizado. El yuan ha caído a mínimo anuales, hasta intercambiarse más allá de 6,80 unidades por dólar. El Banco Central de China ha dicho que no devaluará la moneda, pero el mercado teme una crisis como la de 2015.

Esta situación está debilitando a Xi Jinping incluso en Asia, donde el nuevo primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, ha enviado a China a renegociar préstamos y contratos a la baja. En Pakistán, donde su corredor es la mayor apuesta de la Ruta de la Seda, Imran Khan no ha descartado volver a examinar los 62.000 millones de préstamos chinos.

El Citigroup juzga que estos reveses pueden ser temporales, pero espera que Pekín ceda a las preocupaciones de sus socios por el bien de sus "imperativos geoestratégicos generales".

Y como colofón a esta  semana aciaga, la policía china dijo que se cree que una explosión en el exterior de la embajada de Estados Unidos en Pekín el jueves por la tarde fue causada por fuegos artificiales encendidos por un hombre de 26 años de Mongolia Interior. 

En la carrera por la disputa del liderazgo mundial en el futuro se observan cambios si quizá no decisivos, sí a tener muy en cuenta