El Ibex, que ha sufrido un retroceso moderado, parece apuntarse a la línea bajista Wall Street, que cae mientras se pregunta qué va a hacer y decir Donald Trump, que le regaló un rally tras su victoria electoral, para responder al coro de críticas que se ha levantado pese a lograr  70.000 millones de dólares de inversiones para EEUU.

El mercado está hiperpolitizado estos días en torno a las bondades de la globalización defendida en Davos por el presidente chino, Xi Jinping, lo que afecta el ánimo en los parquets.

No obstante, la inflación ha sido hoy la coprotagonista de la sesión al subir por encima del 2% en Estados Unidos por primera vez en cinco años. En la Eurozona, la inflación interanual en diciembre quedó en el 1,1%. Las brechas se van cerrando y Luis de Guindos ha valorado el visto bueno de la Comisión Europea a los Presupuestos de 2017. El primer ministro italiano Paolo Giuliani ha dicho a Merkel que la época de la austeridad ha acabado. Italia ha entrado en deflación y tiene un problema bancario serio. 

En el Ibex, la banca ha ido a la contra pese a que la mora ha descendido al 9,23% en noviembre, mientras ArcelorMittal y Acerinox han subido con fuerza al señalar Xi Jinping que China mantendrá su política de reducir la sobrecapacidad existente en su economía en acero y otros metales. Abengoa también ha dado un salto llamativo.

El petróleo Texas ha bajado un 2,23% en otro movimiento especulativo derivado de los presuntos recortes o no de la producción de la OPEP, mientras el nivel de las reservas impacta de manera indirecta.

En Wall Street, los beneficios de Goldman Sachs subieron un 22% y la producción industrial un 0,5% en 2016, pero ello no ha obstado para que el Dow Jones retrocediese en la apertura un 0,24%. Como dirían en las viejas series del histórico Perry Mason, "Mr. Trump, es su turno". Hasta que no se pronuncie, los vientos no parece que vayan a ser favorables.