Cuando Pedro Sánchez llegó a ser el líder del partido socialista, Susana Díaz dijo aquello de: “no vale, pero nos vale". No se entendía muy bien en ese momento para qué serviría Pedro Sánchez. Sin embargo, fue una valoración se quedó grabada en mi mente. Y hoy me parece interesante invitarle a recapacitar sobre ello.
Pedro Sánchez no ha cumplido con prácticamente ninguna de las promesas para la regeneración de su partido. Tampoco con las que tenía planteadas para regenerar un país tocado, casi hundido, por una corrupción sistémica y una pérdida notable de la confianza de la ciudadanía. Hace ya 11 años que Pedro Sánchez se hizo con el partido socialista dentro de la organización, y no se atisba ninguna sombra ni sospecha de nuevo liderazgo que pueda ocupar su lugar. Primer error grave de un líder que se suponga defiende la democracia. Sánchez ha conseguido aglutinar a una tropa, en la que no le ha preocupado reintegrar a varios “traidores”. Porque sabe que en ello hay implícita una humillación.
No ha cumplido con prácticamente ninguna de las promesas para la regeneración democrática. Tampoco con la que tenía planteada para regenerar un país tocado, casi ahogado, por una corrupción profunda y por la incesante pérdida de la confianza por parte de la ciudadanía. Desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, la situación para la mayoría de los ciudadanos españoles contribuyentes ha tendido a empeorar: la cesta de la compra aumenta su precio y siempre es por culpa de otros, como el precio del gas, de la luz, de la gasolina, de la vivienda… Nos sobra mes al final del sueldo. Pagamos impuestos que no parecen ir donde debieran. Y gracias a los escándalos que estamos sufriendo, ya podemos hacernos una idea de lo que ocurre aquí.
Desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, la situación para la mayoría de los ciudadanos españoles contribuyentes ha tendido a empeorar
No mejora la sanidad pública, ni la educación, ni las infraestructuras, como por ejemplo en el transporte. No mejora nuestras libertades: la libertad de expresión está cada vez más amenazada, el pluralismo está tocado de muerte, y después de la pandemia, ya vimos de lo que podían ser capaces. Ahora también van a por la independencia judicial.
Sánchez no hecho más que meternos en líos, y gordos, en el plano internacional. Ha comprado papeletas para que seamos tontos útiles y enemigos potenciales al mismo tiempo. Queriendo ser el mozo feliz, el chico de los recados, ha conseguido dejarnos solos, vendidos, humillados. No ha creado alianzas mientras se ha dedicado a destrozar vías de diálogo por todas partes.
Que Sánchez no vale ya lo sabíamos. Pero, ¿le sirvió a Susana? ¿Y a quién más?