Cuando las mujeres llegamos a los cuarenta abrimos una nueva etapa de nuestras vidas: somos más sabias, más fuertes y estamos más seguras de nosotras mismas. Pero también, comenzamos a sentir cambios en nuestros cuerpos que, socialmente, han sido un tabú, considerados como algo negativo. Llegamos a la “tan temida” menopausia. Un momento en el que la biología nos dice que dejamos atrás la época en la que nuestro cuerpo podía albergar otra vida. 

El enfoque que se hace desde una sociedad consumista, obsesionada con la capacidad de producción y la superficialidad, las mujeres somos objeto de campañas de productos que nos ofrecen seguir pareciendo jóvenes, ocultando los signos que la vida deja en nuestro cuerpo. Evitar las arrugas, tapar las canas, suele ser el mensaje que nos dan desde la televisión en los anuncios. Poco se aborda la importancia de nuestra salud, tanto física como mental, en esta etapa en la que sentimos que necesitamos ubicarnos de nuevo. 

A partir de los cuarenta años comienzan a reducirse nuestras hormonas productivas: nuestros ovarios se hacen más pequeños, van dejando de producir estrógeno y la progesterona se genera de manera más lenta. Hasta que llega un momento en el que desaparece la menstruación y ya no podemos quedarnos embarazadas de manera natural. 

Técnicamente, la menopausia se produce después de permanecer un año completo sin menstruación (sin que se deba a una disfunción o trastorno). Y mientras llegamos a ese momento, nos encontramos en la denominada “perimenopausia”, que es la antesala, cuando los periodos cambian y pueden aparecer otros síntomas. Un tiempo que puede abarcar meses, o incluso años. Puede interrumpirse y volver a comenzar de nuevo. Hay múltiples factores que pueden influir en ello, como por ejemplo, el hecho de ser fumadora, que podría suponer un avance de hasta dos años. Durante la perimenopausia podemos quedarnos embarazadas, y por eso es importante seguir teniéndolo presente. 

Nunca viene mal estar informadas, despojarse de los tabúes y cuidarse de una manera consciente, aportando a nuestro cuerpo y mente lo que más le conviene

Después de un año completo sin menstruación, llegamos a la menopausia, que nos conduce a la posmenopausia. Es todo lo que viene después y para lo que debemos prepararnos. No es una enfermedad, no es algo negativo: es un proceso natural que debemos afrontar como una fase más de nuestro desarrollo. 

No todas las mujeres tienen síntomas o molestias. Pero nunca viene mal estar informadas, despojarse de los tabúes y cuidarse de una manera consciente, aportando a nuestro cuerpo y mente lo que más le conviene. 

La posmenopausia puede producirnos malestar: cambios de humor, cansancio, tristeza profunda, sensación de sofoco (mucho calor, sudoración extrema), alteraciones del sueño (insomnio), aumento de peso. Son señales que nos indican que nuestro cuerpo está cambiando y que debemos prestar atención a nuestros hábitos de alimentación, de ejercicio, de descanso y de autocuidado. 

La falta de información, los tabúes que ha habido siempre sobre toda cuestión que afecte a la salud de la mujer, han hecho que muchas se hayan resignado a sufrir los síntomas y pensar que no hay alternativa. Pero sí la hay. Y también hay riesgos si no nos informamos correctamente. Pienso al escribir esto en el fármaco Agreal, que precisamente se administró para paliar los efectos de la menopausia, sin advertir a las mujeres que lo tomaban de sus graves peligros. Un medicamento que ya ha sido retirado en España (pero que sigue suministrándose en otros países como en México) y por el que hay abierto un proceso judicial para responder ante los graves daños causados a miles de mujeres que desconocían que no se podía tomar durante más de tres meses (algunas han estado años tomándolo). Los daños a nivel neuronal que en algunas mujeres ha causado el Agreal son irreversibles. Por eso es importante conocer bien todas las posibilidades que hoy existen y que podemos abordar sin asumir riesgos. 

Evidentemente, en algunos casos será necesario acudir a tratamientos específicos. Pero cada vez somos más las mujeres que preferimos productos y terapias naturales, frente a los fármacos que suelen traer posibles efectos adversos (y algunos muy graves).

Es fundamental que asumamos que no estamos enfermas, que la posmenopausia no es algo que tengamos que “medicalizar”

Antes de consumir cualquier tipo de fármaco debemos informarnos y conocer lo sucedido con Agreal, con Depakine, con Essure. Desgraciadamente, ante estos medicamentos ha pasado demasiado tiempo y se han producido demasiados daños hasta que se han tomado medidas. Sirva como ejemplo que han pasado décadas para que las víctimas por el consumo de Talidomida sean reconocidas: un medicamento que se recomendaba a las mujeres embarazadas para evitar las náuseas y que generó gravísimas malformaciones en los bebés que gestaban. Esta semana, por fin, el Consejo de Ministros ha dado luz verde al reconocimiento de las indemnizaciones que servirán para 130 personas afectadas. Y en realidad fueron miles, pero la mayoría han fallecido ya. 

¿Existen alternativas naturales que no pongan nuestra salud en riesgo? Sí. Y es importante que las conozcamos. 

Es fundamental que asumamos que no estamos enfermas, que la posmenopausia no es algo que tengamos que “medicalizar”. Por esta razón es imprescindible que entendamos qué tipo de alimentos debemos comenzar a consumir (no deberíamos preocuparnos por las calorías sino por los nutrientes), teniendo en cuenta los minerales, vitaminas y elementos que ahora nuestro cuerpo necesita más que antes. 

El ejercicio también es clave: puesto que mantener nuestro cuerpo activo, con un ritmo suave, pero durante sesiones frecuentes diarias, activará nuestro organismo ayudándonos en todo el proceso. 

Esta semana he entrevistado a las responsables del proyecto Domma. Mujeres que han puesto en marcha una compañía que nos ofrece, precisamente, información y productos naturales, efectivos y seguros para nuestra salud. Abordamos todas las cuestiones que he señalado en estas líneas y lo más importante: nos ofrecen alternativas y respuestas que toda mujer debería conocer. 

Puedes ver la entrevista aquí.