Tal día como hoy del año 1416, hace 607 años, moría en Igualada (Anoia) Fernando de Trastámara, el primer rey castellano de la corona catalanoaragonesa. Fernando de Trastámara, nacido en Medina del Campo (Castilla) en 1380, era hijo del rey Juan I de Castilla y León y de la princesa Leonor de Aragón (hermana del difunto conde-rey Martín el Humano, el último soberano de la dinastía Berenguer-Aragón). Precisamente, después de la muerte sin descendencia legítima de Martín el Humano (1410), había presentado su candidatura a ocupar el trono catalanoaragonés, que ganaría en el Compromiso de Caspe (1412).
Fernando de Trastámara ganó la elección de Caspe gracias a las alianzas políticas que había tejido con las oligarquías mercantiles de Barcelona y de Valencia, totalmente opuestas a la ideología involucionista y refeudalizadora de su gran rival: Jaime de Urgell. Casado con su tía-prima Leonor de Albuquerque (1374-1435), denominada la Ricahembra por la extraordinaria dimensión de su patrimonio personal, Fernando tuvo la habilidad de presentar esta fuerza económica como la mejor garantía para el restablecimiento del poder económico catalanoaragonés en el Mediterráneo.
La versión oficial diría que Fernando murió a causa de "la arenisca" (una enfermedad renal que sufría desde hacía años); y que se habría agravado al inicio de su viaje oficial a la Corona castellanoleonesa. Según esta misma versión oficial, habría enfermado gravemente en Igualada el 14 de marzo anterior. Pero, desde un primer momento, siempre cernió la sombra de la duda. Todavía no hacía cuatro años que había sido coronado; pero tenía muchos enemigos que había acumulado con anterioridad a la coronación. Incluso algunos nuevos enemigos habían aparecido de sus propias filas.
Sería el caso del pontífice cismático Benedicto XIII, más conocido como Papa Luna, que le había dado apoyo incondicional en la elección (abandonando al pequeño Federico, nieto de Martín I, a escasas horas de su legitimación). Fernando I traicionaría a Benedicto XIII, abandonándolo a su suerte y obligándolo a recluirse en el castillo de Peñíscola. O el caso del estamento aristocrático catalán, inicialmente partidario de Jaime de Urgell. La aristocracia catalana había abandonado a Jaime, para evitar una guerra civil; pero después había comprobado cómo Fernando se ensañaba con la esposa y con las hijas del conde.