No hace ni dos días que el Gobierno mató a dos de sus súbditos que estaban vivos y todavía no hemos aprendido nada. Y seguro que tanto Mariano Rajoy como Soraya Sáenz de Santamaría han salido a pedir disculpas, a dar explicaciones y a dar detalles sobre la dimisión del responsable de la confusión, como no podría ser de otra manera, pero yo ni los he visto ni los he escuchado. Seguramente será culpa mía porque hace meses que estoy como ausente. Mire, eso sí, a la alegría de que al final los dos jóvenes estén vivos tenemos que sumar que todo ha servido para ver esta gloriosa portada...
Y ahora en Hannover...
Total, que todavía nos estábamos recuperando de esto y este martes por la noche hemos topado de cara con un nuevo ejemplo de que la prisa periodística te lleva al ridículo informativo y a provocar el pánico y el caos entre los ciudadanos. Alguien publica una cosa y todo el mundo la repite sin plantearse que quizás no es cierta. Y es así como hemos visto cosas como éstas...
Y hemos visto periodistas consagrados con una prisa terrible para informar sin ni siquiera poner un condicional o decir: escuche, dicen eso pero no hay nada confirmado.
Y mire que costaba muy poco ser prudente como lo han sido algunos. Simplemente explicar lo que pasaba sin ir más allá.
Pero no, era mejor ir a saco, en bajada, con gas a fondo y sin frenos. ¿Y puestos a escoger las fotos, mejor poner la más chillona, aunque no sea del lugar ni del momento, verdad?
Y cuando la gente te hace mofa en Twitter diciendo que el objeto sospechoso quizás sea el bolígrafo de la parte superior derecha de la foto, entonces tienes que decir la cruda verdad...
Hasta que al final... Ohhh, baja el suflé y sale la verdad...
Los medios de comunicación tenemos que informar y no reproducir rumores ni alarmar. Y cuando te llega una noticia que no puedes confirmar al menos por dos fuentes diferentes (y a veces ni así), como mínimo tienes que usar el sentido común y ser lo más aséptico posible. Si elconfidencial lo ha sido (tal como hemos visto), ¿por qué el resto han caído en la tentación del trazo grueso? La carrera para poder decir que has sido el primero en difundir una noticia te lleva a difundir una noticia, sí, pero no cierta. Y menos en unos momentos y en unos temas donde lo que menos necesitamos estos días es el despropósito. Hoy la calma hubiera evitado que unos cuantos medios retroalimentaran una noticia que no lo era. Y, de paso, no habría vuelto a dar la razón a los que cada vez más confían menos en los medios de comunicación tradicionales y optan por los nuevos modelos.