Creo que no queda ningún día en el calendario que no sea día mundial de algo. Es más, diría que al año ya le deben faltar días para poder meter tanta efeméride. No llegamos con 365. A pesar de haber varios interesados, lo cierto es que eso de que te digan cuándo tienes que sentir qué y cómo, cuándo tienes que luchar por esta causa y cuándo por aquella otra, cuándo metes el acento y cuándo te lo olvidas, como si de una falta de ortografía menor se tratara... Solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, ya es bien verdad.

Hoy es lo día internacional de la poesía. Acabamos de pasar el día del padre y venimos del día de la mujer. El mes que viene tendremos el día mundial de la salud y el de las luchas campesinas, el otro el día del trabajador. Y en el otro, el del medio ambiente. Y así, niños, ir haciendo. Y sí que a veces tanta celebración sirve para visualizar temas quizás un poco olvidados o es un pretexto para tomar determinadas iniciativas y hacer según qué reportajes en prensa, pero no deja de ser maquillaje, como engalanarse un domingo para ir a misa y después pecar toda la semana.

Entre maniobras económicas, intereses partidistas y estrategias comerciales nos tienen bien distraídos. Nos quieren hacer comprar cosas que no necesitamos y tiene que ser en viernes porque han creado un tal Black Friday, como si en la vida todo girara alrededor de hacer gasto y hacer dinero. Bien, para ellos quizás sí, claro, y de ahí viene el mal. No hace falta que sea abril para reivindicar el campesinado, ni mayo para defender los derechos de los trabajadores, ni junio para cuidar el medio ambiente. A día suelto de lucha por año no llegaremos a tiempo.

Hace tiempo que pedimos soluciones, que ofrecemos propuestas. Os estamos pasando las preguntas del examen y vosotros ni siquiera queréis contestarlas.

Este próximo domingo 27 tenemos una importante convocatoria para seguir luchando por el Delta del Ebro, en la Badia dels Alfacs. No obstante, el temporal que está barriendo todo el mapa del país ya ha vuelto a romper la barra del Trabucador y no sé ni si podremos ir a defenderlo, como está previsto, de lo enfermo que se encuentra. Maldecidos los que lo consentís y los que lo provocáis. Hace tiempo que pedimos soluciones, que ofrecemos propuestas. Os estamos pasando las preguntas del examen y vosotros ni siquiera queréis contestarlas. Y según cómo ni os presentáis. Y esta dejadez la ejercéis con el medio ambiente y con cualquier otro de los protagonistas de los días mundiales de lo que sea que os inventáis para hacer ver que hacéis algo.

En gran parte del Delta decimos meló de moro para referirnos a la sandía y al otro melón (el más blanco) le llamamos meló de tot l'any (melón de todo el año) porque, a diferencia del rojo, no solo se encuentra en la época de verano. Con un poema al año no es suficiente. Ni con un día de visita al médico. Ni el padre o la madre ejercen únicamente el 19 de marzo o el primer domingo de mayo. Intentamos mirar la lucha feminista como la ecologista y viceversa: ¿a que a nadie se le ocurriría defender el medio ambiente solo un día al año? Pues con los derechos de las mujeres, tampoco. Feminismo todo el año. Ecologismo todo el año. El Ebro no admite ningún trasvase porque no tiene bastante agua ni para hacer sobrevivir el Delta. El Pirineo no admite Juegos Olímpicos porque no habrá bastante nieve para acogerlos. Aparte de eso, la naturaleza es sabia. Dejad de toquetear montañas y ríos. Dejad de crear días del año y trabajad los 365 para salvar nuestros derechos.