El presidente Quim Torra está integrado en un grupo privado de WhatsApp que se llama Els del lliri. Forman parte de este un grupo gente, especialmente diputados del Parlamento de la Ciutadella, que premeditadamente no van de listos, ni de sagaces, y sobre todo, no van de profesionales de la política. De lo que van es de escarmentados. Premeditadamente exhiben su ingenuidad porque están en política solo para llevar al país a la independencia. Ya veis qué cosa más absurda. Ni por dinero, ni por poder, ni por otros motivos. Son unos intrusos en la política, unos recién llegados, unos extraños, unos bobos. No reciben llamadas de Miquel Roca i Junyent, como Santi Saltimbanqui Vila, no son esclavos morales de ningún pasado como el presidente Mas, no forman parte de ningún grupo de intereses económicos, no son amigos de Xavier Trias ni le lamen la mano a Jordi Pujol. No tienen más ambición que la de llevar a cabo la voluntad popular reiteradamente manifestada en las calles por la libertad de Catalunya. Los del lirio se llaman irónicamente así porque no son unos vividores como Miquel Iceta, porque no tienen un proyecto de hegemonía como los de Esquerra Republicana de Catalunya, porque no son agentes de ningún Estado como Arrimadas, la hija del policía, o García Albiol, ni partidarios de la España federal de los amigos de Ada Colau, la chica de las mil mentiras. Los del lirio a los que más se parecen, humanamente, es a los de la CUP, se parecen a los ingenuos partidarios de la revolución social y de la independencia sin condiciones. Son los que creen en el mandato popular. Y los que, por encima de todo, son partidarios del presidente Puigdemont, de Carles el Probo, el Victorioso, el político intruso por excelencia. El político que a lo peor no es tan culto como el presidente Torra, ni tan triste como Carles Riera, ni tan profesoral como Oriol Junqueras, pero que ahora es la figura política más importante de nuestra historia. El mejor presidente de la Generalitat desde Francesc Macià. El otro día unos amigos míos fueron a Shanghai y al penetrar en un taxi, el conductor les quiso interrogar: "Habladme de Puigdemont, por favor", les dijo.

 

El pasado fin de semana quedó confirmado que Carles Puigdemont es el líder natural de la causa independentista. Marta Pascal, que no va con el lirio en la mano, que es una padrina apadrinada, tuvo que ceder ante esta evidencia. Ya está bien que alguna vez los derrotados sean los que creen que, como que se comen las sopas, se las saben todas. Ahora la antigua Convergència es un partido exclusivamente dedicado a la independencia, como la CUP. La pinza estratégica entre los partidarios del presidente Puigdemont y los de la CUP son la base que llevará al país a la independencia. Ojalá puedan contar con la ayuda activa de ERC. Ahora solo falta que los que rodean al presidente Torra en el palacio de la Generalitat se den cuenta de que la independencia es inevitable. El otro día fui allí y solo vi burócratas más preocupados en llegar al fin de semana para poder disfrutar de la casita que tienen en el Empordà que en trabajar activamente por la independencia. Ahora lo que hace falta es que Joaquim Torra i Pla, presidente vicario de la Generalitat, se haga con el control total del Palau de la Generalitat. Porque aún no lo tiene. Hay demasiada gente que no trabaja para la independencia a su alrededor. Que trabaja solo para su propio egoísmo. Ahora es el momento de los del lirio en la mano. De los políticos no profesionales que deben llevarnos a la libertad nacional. Una vez conseguida la independencia ya les ayudaremos a todos los que sin lirio puedan terminar de pagar su casita del fin de semana. Palabrita del Niño Jesús.