Si algún día me dedico a la gimnasia rítmica, patentaré un ejercicio que se llamará "Junta Electoral Suprema del va y viene". Será básicamente en la modalidad de pelota, aunque no descarto hacerlo también en cuerda, aro, mazas y cinta, y consistirá, como su propio nombre indica, en un ir y venir de la pelota realizado de manera tal que provocará en la masa espectadora (o muralla observadora) un efecto mareante muy estimulante. Bien, y en el jurado una puntuación ganadora.

El hábil movimiento estará inspirado, como usted ya habrá adivinado, en las formas y maneras de la Junta Electoral Central, ejemplo de gracilidad a la hora de ejecutar sus diversas decisiones.

El ejercicio empezará copiando el memorable momento vivido después de recibir la solicitud por parte de los candidatos encarcelados de celebrar debates electorales en los centros penitenciarios. La Junta Electoral cogió impulso y, pim-pam patapam, voltereta con doble mortal declarándose incompetente y lanzando la pelotita al Tribunal Supremo. Allí la pelotita rebotó y volvió a la Junta Electoral en forma de providencia que decía que el Supremo no tenía competencia para decidir esta cuestión. Triple mortal adelante con acrobacia lateral y escorzo con medio giro mirando a Pamplona. ¡Insuperable! Ah, y para rematarlo, dos miembros del Supremo que juzga a los presos políticos son miembros de la Junta Electoral Central, pero no votan porque dice que se inhiben. ¡ADELANTE!

Seguidamente vendrá el "Chusin, la programación la pongo yo", inspirado en la inigualable decisión de obligar a TV3 a hacer una programación especial en compensación por haber informado de la manifestación indepe de Madrid. O sea la Junta Electoral decide sobre las cuestiones sobre las cuales se tiene que informar o no y también decide los programas que se emiten o no y cuando. Ojo, pero sólo en TV3. La también pública TVE ofreció prácticamente la misma programación pero no tiene que resarcir minutos porque nadie ha presentado ninguna queja contra ellos.

¿Qué, un ejercicio de pelotas precioso, verdad? Los unos sí y los otros no. Bonito y vibrante de ver. ¡EX-TRA-OR-DI-NA-RI-O!

Pero, por favor, no se vaya todavía, porque el ejercicio tiene un tercer momento que es SEN-SA-CI-O-NAL y para el cual se requieren unas pelotas todavía mucho mayores. Lo denominaré "Debate en bloque" y es muy fino, refinado y exquisito. La inspiración me vino viendo un bloque electoral en un informativo con el tiempo tasado.

Resulta que la Junta Electoral obliga a las televisiones públicas a informar siguiendo criterios de resultados electorales y no periodísticos. Pero, en cambio, no obliga a los partidos a asistir a los debates a los que sean invitados. O sea, si eres periodista haces lo que te ordenen y si eres Pedro Sánchez puedes decidir que no vas a un debate en TVE porque PP y Ciudadanos irán contra ti y, en cambio, aceptas ir al debate de una privada donde estará VOX y así tú serás el espectador de una pelea entre las derechas y la extrema derecha.

Por lo tanto, el ejercicio hecho con las pelotas (que no "en" pelotas) acaba con una paradoja. ¿Verdad que los informativos tienen que dedicar a cada partido los minutos y los segundos que les dicen, pero en ningún lugar está escrito qué candidato tienen que hablar? Bien, pues de la misma manera que un partido puede decidir no enviar a nadie o al número 2 o al 3 a un debate previsto inicialmente entre los números 1, los periodistas pueden decidir que durante la campaña sólo hablarán de los actos donde participen los candidatos del 25 para abajo. Oiga, qué si se hiciera así, sería un espectáculo de pelotas, ¿no cree? Y les tocaría las suyas a unos cuantos.