Desconozco la cifra de muertos a partir de la cual un atentado terrorista merece ser portada en los medios de papel y apertura en los digitales y los audiovisuales. Y también desconozco el criterio geográfico o empático que se aplica a la hora de valorar la importancia de un atentado con un herido leve en Nueva York o con 73 muertos en Peshawar. Lo que tengo muy claro, pero, es que el asesinato de 10 personas en el corazón de Europa no es una noticia menor. Y la realidad es que ha habido uno y lo ha sido.

Los hechos son del miércoles por la noche cuando un individuo que se llamaba Tobias R. decidió salir a cazar extranjeros por las calles de Hanau, una ciudad situada cerca de Frankfurt. Y asesinó a nueve. A tiros. Después asesinó a su madre y se suicidó. Pero antes escribió un manifiesto de 27 páginas donde explicaba cuál era su ideología y con ella justificaba su acción.

Tobias creía que "no hay suficiente identificando y separando ciertos grupos étnicos del resto de ciudadanos". Unos grupos "cuya existencia es un error" que hay que solucionar "destruyéndolos completamente". Su gran obsesión eran los turcos y los árabes, pero también los asiáticos, los originarios del norte del África y los judíos. "No entiendo el motivo por el cual me tengo que encontrar extranjeros por las calles de mi propio país", escribió. Naturalmente eso venía acompañado de delirantes teorías de la conspiración, con servicios secretos muy poderosos que estaban al servicio de potencias extranjeras y que lo controlaban.

En resumen, un xenófobo que creía que la raza aria era superior y odiaba a todos los que no lo eran. Vaya, que Tobias era lo que vendría a ser un puto nazi. Y que no sea este el motivo por el cual su matanza ha acabado siendo un breve en los diversos medios de comunicación.

Es que intento imaginar el eco que hubiera tenido un atentado terrorista de cualquier otro signo y que hubiera causado 10 muertos en el centro de una ciudad europea. Es que habríamos levantado las programaciones para hacer aquellos programas especiales donde van repitiendo una y otra vez y durante muchas horas las mismas imágenes que no aportan nada mientras unos cuantos "expertos" que no saben ni que ha sucedido especulan sobre qué ha sucedido y por qué.

Oiga, es que un tipo de ultraderecha, un supremacista, un racista, vaya este puto nazi, ha asesinado a nueve personas por el solo hecho de ser "diferentes" a él. Y en el país donde se blanquea la ultraderecha y el franquismo eso no se ha considerado noticia. Pero en muchos otros lugares tampoco. ¿Por qué? ¿Qué tenía Tobias de diferente? Cualquier pequeño incidente al lado del Big Ben o de la Torre Eiffel son horas de directo y aquí nos enteramos al día siguiente oyendo la noticia entre la información del tiempo y la del tráfico. ¿Por qué? ¿Dónde está la diferencia?

Pobre Tobias, quizás pensaba que pasaría a la historia como un valiente luchador en favor de la raza verdadera y ha acabado siendo un breve antes del anuncio de un concesionario de coches. Es el problema de equivocarse de ideología totalitaria. Los neonazis y los ilustres miembros de la extrema derecha no dan miedo. Ni preocupan. ¡Pobres chicos, si son muy simpáticos! De hecho hay algunos que incluso se sientan en los Parlamentos y son respetables diputados. Y diputadas. ¡Y son taaan simpáticos!