Cuando un político, un medio de comunicación o cualquier trozo de carne con ojos dice que los indepes son ETA, Venezuela, yihadistas, nazis, o todo a la vez, estamos ante una generalización insultativa intolerable.

Cuando era tradición indepe ir el Onze de Setembre al Fossar de les Moreres para solucionar a hostias las supuestas purezas ideológicas, no se estaba haciendo ningún favor a "la causa". Y lo que sucedía allí era criticable. Mucho. Y lo que sucedía allí no representaba el independentismo, como se ha demostrado posteriormente en las diferentes manifestaciones multitudinarias. Y criticarlo era hacer un bien a "la causa", por mucho que a los que se peleaban aquello les pareciera lo más normal y oportuno.

Cuando el 12 de octubre hay manifestación unionista en la plaza Catalunya de BCN y la pancarta la llevan Josep Anglada y Victória Álvarez, mucha gente que defiende el "no" se siente insultada y dice, con razón, que aquella gente no los representa. Decir que el "no" son Anglada y Álvarez sería igual que afirmar que el "sí" son aquellos del Fossar.

Y así llegamos al cartel que ha aparecido hoy en varias ciudades catalanas:

En un primer momento se ha pensado que el origen era de un grupo franquista. Posteriormente la acción ha sido reivindicada por el grupo que ve en la captura.

Y ha sido entonces cuando hemos sabido cuál era la campaña real y cuál era el efecto que se buscaba. Y entonces ha empezado la polémica. Unos a favor del cartel y otros en contra. Y en contra muchos indepes y también muchos comuns y alrededores, que se han sentido aludidos. Mientras, a favor y encantados de la vida, los que han recibido publicidad gratuita:

Un servidor de usted considera que el cartel es un grave, gravísimo, error. Decir que todos los que no quieren votar son franquistas (porque eso es lo que se dice y no ningún otro mensaje que después han intentado improvisar) es una generalización tan injusta como innecesaria. Y la generalización es tan injusta e innecesaria como la que dice que todos los indepes son nazis o que pedir poner urnas es un golpe de estado. Porque precisamente el del golpe de estado fue Franco. Y seguidores suyos son los que dispararon en el Congreso de los Diputados intentando restablecer su régimen ilegal, genocida y asesino. Y lo que todavía hay en el techo del hemiciclo son balas, no urnas. Y hay mucha gente que, por lo que sea, no quiere votar en el referéndum y que ni son franquistas ni lo defienden.

Y si de lo que se trataba era de denunciar las instituciones politico-judiciales que impiden votar, pues te diriges a ellas directamente y no coges el aspersor y te dedicas a insultar al por mayor.

Lo que no quieras para ti no se lo apliques a los otros. Y, sobre todo, no regales argumentos tan fáciles al contrario por una acción que no suma y que sólo hiperventila los que ya venían hiperventilados de casa.