12 de diciembre de 1946. La 59ª reunión de la Asamblea General de la ONU aprueba la resolución 39-1 "sobre la cuestión española" por 34 votos a favor, 6 en contra y 13 abstenciones.

El texto dice, entre otras cosas: "En origen (...) el régimen de Franco es de carácter fascista (...) establecido gracias a la ayuda de la Alemania nazi de Hitler y de la Italia fascista de Mussolini. (...) Existen pruebas incontrovertibles que demuestran que Franco fue, con Hitler y Mussolini, parte culpable en la conspiración de guerra contra aquellos países que finalmente en el transcurso de la guerra mundial formaron el conjunto de Naciones Unidas (...)".

"La Asamblea General, convencida de que el Gobierno fascista en España fue impuesto al pueblo español (...) y está haciendo imposible la participación en asuntos internacionales del pueblo español con los pueblos de las Naciones Unidas, recomienda que se excluya el Gobierno de Franco como miembro de los organismos internacionales establecidos por Naciones Unidas o que tengan nexos (...) hasta que se instaure un gobierno nuevo y aceptable".

Entonces, el texto afirma que si la democracia no vuelve a España, Naciones Unidas "recomienda" que todos sus miembros "retiren inmediatamente sus embajadores y ministros plenipotenciarios acreditados en Madrid".

¿Cómo respondió aquel régimen fascista, del cual son partidarios declarados varios diputados que se sientan actualmente en el Congreso de los Diputados? Pues con una manifestación patriótica en la Plaza de Oriente de Madrid. Y allí fue donde apareció una de las pancartas más míticas del franquismo y que lo es porque explica perfectamente qué era aquello: "Si ellos tienen ONU, nosotros tenemos dos".

Pues bien, hoy la ONU ha pedido la libertad inmediata de Jordi Cuixart, Oriol Junqueras y Jordi Sánchez con unos argumentos demoledores. Además exige que se investiguen las circunstancias que han provocado la actual situación y que se tomen medidas contra los responsables de la violación de sus derechos.

Y estamos allí mismo. En la filosofía de la respuesta española a la ONU, quiero decir. No comparo situaciones ni contextos. Sólo actitudes. Seguimos situados en la cantidad y tamaño de los atributos. Seguimos en el desprecio a la institución. Hoy estamos en el "huy no, estos que han hablado no son exactamente la ONU sino una oficina siniestra que está en el sótano 4 de un edificio lateral que dirige uno adoctrinado por TV3, la inmersión y el supremacismo".

Hoy estamos en el "no, pero lo importante no es esto de la ONU que no es la ONU, y de lo cual en los medios amigos ni hablamos, sino aquello de ayer del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Sí hombre, que ayer desestimaron una demanda contra la suspensión de un pleno que se hizo el día siguiente de la suspensión. Eso sí que es MUUUUUY importante y no la cosa esta de Naciones Unidas, un club de gente fracasada. Y en todo caso ya sabéis que nosotros, siempre, más y más grandes.