Primer caso: Marta Silva, hija del exministro franquista Federico Silva Muñoz y sobrina del extesorero del PP, Álvaro Lapuerta. Las dos cosas las cito para situar al personaje, no para insinuar nada. Soy de los que defiende que, en principio, nadie tiene culpa de ser hijo, hermano o pariente de nadie, ni ser pariente de alguien presupone nada.

Su trayectoria profesional es otra cosa. Fue secretaria de la junta directiva del Real Madrid entre los años 2000 al 2004, bajo la presidencia de Florentino Pérez, y ocupó un cargo importante en Sacyr, la constructora del presidente del equipo blanco. Cuando ocupaba el cargo de abogada general del Estado, ella fue quien pidió 21 meses de prisión a Leo Messi por defraudar 4 millones de euros y quien mantuvo la acusación penal aunque la Fiscalía ya la había retirado. También fue quien solicitó prisión para Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu por el caso Neymar.

¿Defraudó Messi a Hacienda? Parece que sí. En todo caso después regularizó su situación. Como en su día lo hizo, por ejemplo, Emilio Botín, por poner un ejemplo. ¿Hubo irregularidades en el fichaje de Neymar? Eso lo tiene que decidir un juez. En todo caso lo que sorprende es la frenética actividad de la señora Silva, doblemente empleada de Florentino Pérez, en estas dos cuestiones y su inhibición en el caso Cristiano Ronaldo. Sobre todo porque aquí estamos hablando de un fraude de 150 millones de euros. Pero seguramente fue casualidad. Como lo fue que, al estallar el caso del jugador portugués, ella fuera relevada de su cargo. De la misma manera como también ha sido casualidad que este fin de semana haya aparecido en un lugar destacado del palco del Bernabeu. Si, el palco del Bernabeu, ya sabe, aquel lugar donde Bárcenas dice que se negocian los contratos de las grandes constructoras con representantes de partidos políticos. Sí caramba, aquel campo donde nunca se da a la prensa la lista de invitados al palco, cosa que sí hace al Barça.

Segundo caso: el del juez Santi Vidal. ¿Dijo barbaridades? Sí. ¿Tiene que investigarlas la Fiscalía? Bien, si quieren perder el tiempo, allá ellos. La lástima es que lo hacen con el dinero de todos y dedicándole un tiempo que podrían dedicar a cosas más serias. Lo que sorprende es la diligencia mostrada en este caso y la calma mostrada, por ejemplo, en el caso de la grabación aquella que todos pudimos escuchar gracias a la guerra interna entre un sector policial y el CNI. Sí, aquella grabación donde Jorge Fernández Díaz y el juez anticorrupción traficaban con información falsa y construían acusaciones que la fiscalía, vaya por donde, tenía que "afinar".

Si Messi oculta ingresos y el Barça oculta, presuntamente, cifras de algunos de sus fichajes, la Justicia tiene que actuar, por supuesto. Y si el juez Vidal va por el mundo diciendo que se han obtenido datos de los ciudadanos de forma ilegal, hay que averiguar la verdad. ¡Ojo! Y probarla. Ahora bien, lo que genera la creación de una inmensa cara de tonto es que en el otro lado se suban a una mesa, se nos meen en la boca, digan que llueve y nos hagan pasar la bayeta.

Proporcionalidad señores (y señoras). Que ni en el fútbol ni en la justicia, no sólo no queda bien que los árbitros rematen los córners, sino que es feo.